POLÍTICA
La unidad de acción reclamada por Aragonès no conquista a sus socios independentistas
Junts pide aclarar si negoció con Sánchez los indultos, algo que tanto ERC como el Govern niegan. Moncloa vuelve a rechazar un referéndum criticando que está ligado a teorías políticas del siglo XX
El discurso del president Pere Aragonès, en el que pedía unidad de acción al independentismo y concreciones al Estado para avanzar hacia una resolución del conflicto político, que admitió está “bloqueado”, recibió ayer las críticas del soberanismo y fue recibido con frialdad desde el Gobierno central, que sigue sin concretar la fecha para la mesa de diálogo y rechazando un referéndum.
El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, reclamó explicaciones sobre si ERC negoció con Pedro Sánchez la concesión de los indultos del 1-O, después de que este afirmara durante su conferencia, según él, que estos fueron un paso imprescindible para dar confianza a la voluntad negociadora del Estado. Pese a compartir las apelaciones a la unidad, lamentó que Aragonès no concretara cómo deben avanzar hacia la independencia, y cree que “erró” no haciendo referencias más explícitas al Govern de Carles Puigdemont y al valor y la fuerza del 1-O”. El propio Puigdemont le reclamó “respeto” por la “estrategia política del exilio”.
Ante estas acusaciones, tanto el Govern como los republicanos salieron en defensa del president asegurando que este en ningún momento negoció la concesión de la medida de gracia con el Gobierno central. Desde Esquerra, además, afearon que los juntistas siguieran lanzando reproches La CUP, que ni siquiera asistió al acto, reclamó menos palabrería y más hechos, empezando por dejar de lado mesas de diálogos estériles y apostar por una confrontación real contra el Estado para lograr la independencia. Desde Moncloa, respondieron al jefe del Executiu catalán que no es necesaria la “valentía” que reclama al Ejecutivo para el diálogo porque lo hacen por “convicción”.
Pedro Sánchez aseguró que el espacio de negociación se reunirá, aunque evitó de nuevo ponerle fecha al encuentro. En este sentido, defendió que la situación en Catalunya a día de hoy “obviamente no es la de 2017” y aseguró que ellos seguirán apostando por la convivencia y rechazando referéndums independentistas que solo sirven para dividir a la población y que están basados en “una teoría política que representa al siglo XX o al siglo XIX”. Asimismo, acusó a los juntistas de echar de menos los tiempos en los únicamente se podía vivir en una Catalunya “enfrentada a sí misma” y les afeó que exijan diálogo y negociación y después no acudan a la convocatoria.
La oposición cree que es evidente que el president se ha quedado solo
Las críticas a Pere Aragonès por su discurso del lunes no solo le llovieron de aquellos a los que interpeló directamente. Sus palabras tampoco fueron satisfactorias para la oposición. Desde el PSC censuraron que el jefe del Executiu únicamente quiera llevar a la “mitad” de Catalunya a la mesa de diálogo y pidió un “acuerdo de mínimos“ entre las formaciones del Parlament para que en encuentro se hable de los intereses de todo los ciudadanos.
Mientras, los comuns aseguraron que su charla “no ha convencido a nadie, comenzando por la CUP que ni se presentó; siguiendo por sus socios de Junts, que se han abonado a hacerle reproches, y a nosotros tampoco, que veníamos pidiendo un cambio de rumbo que no se ha producido”.PPC, Cs y Vox también cargaron contra la conferencia y denunciaron la deriva que lleva el Govern, del que dijeron se ha demostrado que nació muerto.