Rusia ataca Ucrania por tierra, aire y mar y su Ejército se desplaza hacia Kiev

La guerra entre Rusia y Ucrania estalló ayer después de semanas de tensión en la frontera y de que los intentos de Occidente por solventar el conflicto por la vía diplomática fracasaran. De madrugada, el presidente ruso, Vladímir Putin, empezó la invasión de la antigua región de la Unión Soviética lanzando un ataque masivo por tierra, mar y aire.

El peor de los escenarios en torno al conflicto de Ucrania se confirmó la madrugada de ayer. El presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó un ataque a gran escala sobre el país vecino a través de tierra, mar y aire.

Minutos antes de que las bombas empezaran a escucharse en el este de Ucrania, el mandatario ruso anunció en un discurso televisado el comienzo de una operación militar en Donbás para proteger a las personas de los “abusos y del genocidio” que el Gobierno ucraniano lleva cometiendo desde hace ocho años, dijo. En su discurso instó a las tropas ucranianas a entregar sus armas y retirarse, asegurando que toda responsabilidad de un baño de sangre recaerá sobre el “régimen de Kiev” y amenazó con responder a cualquier tipo de ataque de otro país. Poco después tropas rusas invadieron Ucrania desde varios frentes.

Con bombardeos de artillería, equipo pesado y armas ligeras. Por tierra, mar y aire. Por el este, el sur y el norte, las tropas rusas lanzaron veloces e insistentes ataques en distintos puntos del país, incluyendo la capital, Kiev, a la que anoche se acercaban las tropas, lo que hace suponer a Occidente que el objetivo de Rusia es hacerse con el control de las instituciones ucranianas y derribar el Gobierno.

Las Fuerzas Armadas de Rusia emplearon armas de alta precisión contra infraestructuras militares, baterías antiaéreas y bases aéreas militares, y aunque la Defensa rusa aseguró que no atacan ciudades ni civiles, a medianoche el presidente, Volodímir Zelenski, aseguró que murieron 137 ucranianos el primer día de ataque ruso y 316 resultaron heridos. Los rusos lograron hacerse con el aeropuerto militar de Hostomel y con el control del área de exclusión de Chernóbil.Ucrania, con una fuerza militar cinco veces inferior a la rusa, impuso la ley marcial para tratar de repeler el ataque, llamando a filas a todos sus reservistas y empezó a repartir armas a los civiles. El espacio aéreo del país se cerró y en Kiev se impuso el toque de queda.

Zelenski, reclamó sanciones para ahogar la economía de Moscú y pidió más apoyo militar avisando de que de la respuesta a la invasión rusa no solo depende el futuro del país, sino también “la seguridad de los ciudadanos de Europa y el futuro del orden mundial”. El ataque no tardó en provocar la condena de un sustancial número de gobiernos, que pidieron una retirada de las tropas rusas. El presidente francés, Emmanuel Macron, incluso llegó a exigírselo por teléfono.

Asimismo EEUU y la UE anunciaron una respuesta firme en forma de brutales sanciones. El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció “severas” multas contra bancos rusos y exportaciones y, aunque aseguró que estas no tendrán efecto inmediato en el actual escenario bélico, terminarán por convertir a Putin, en un “paria” en la escena global y ahogando la economía del país. Biden afirmó que no enviará tropas a Ucrania, pero si más efectivos a Alemania.

El paquete norteamericano deja fuera por ahora limitar el acceso al mecanismo SWIFT, que facilita las transacciones financieras. Por su parte, los líderes de la UE dieron en una reunión de urgencia luz verde imponer enormes sanciones que afectan al sector financiero, la energía, los bienes de doble uso, el transporte o los visados. Estas deberán ser aprobadas hoy por los ministros de Exteriores.

La OTAN, que hoy se reunirá de urgencia, reforzará su despliegue en el este de Europa después de que los países bálticos ven amenazada su seguridad. La Alianza opta así por la disuasión para tratar de frenar el ataque ruso, aunque ya avanzó que no tiene intención de desplazar tropas a Ucrania.

Desesperación entre los ciudadanos que huyen del horror de la guerraLa guerra iniciada por Rusia en Ucrania rápidamente provocó el caos y la desesperación en las calles de todo el país.

Cientos de miles de ciudadanos ucranianos, sobre todo de las grandes ciudades como Kiev, hicieron rápidamente las maletas para tratar de escapar a zonas rurales, donde creen que estarán más seguros, o de llegar a las fronteras con la Unión Europea, a países como Polonia o Hungría, donde ya se preparan para recibir a un gran número de refugiados. Aunque la población hacía días que estaba en alerta, el panorama en la capital ucraniana fue de máxima tensión desde que de madrugada empezaron a sonar las alarmas antiaéreas. Pese al llamamiento del Gobierno ucraniano a mantener la calma, las colas empezaron a formarse en comercios de alimentación, cajeros automáticos (ante el temor de que las tarjetas dejen de funcionar), gasolineras y carreteras, que se inundaron de ciudadanos que trataban de huir de sus hogares a toda prisa con el pánico de no saber si podrán regresar a sus casas.

La carretera principal de salida de Kiev hacia el oeste, donde el tráfico habitualmente ya es complicado, quedó colapsada por un enorme atasco. Muchos civiles optaron por encerrarse en sus hogares o corrieron a hacerlo en las estaciones de metro o en algún refugio antiaéreo de la antigua Unión Soviética, solo equipados con suministro de agua. Algunos de los que trataban de escapar del país afirmaron que volverán tras poner a salvo a sus familias para luchar por el futuro de Ucrania, mientras muchos otros, sobre todo jóvenes, afirmaban que escapaban por miedo a enfrentarse contra la potencia rusa.

Y es que pese a que el país ha declarado la ley marcial, en el cual todos los civiles se convierten en militares, el temor a morir en el campo de batalla les invade, puesto que no tienen formación militar y nunca han empuñado un arma de guerra.