«Ucrania pide ayuda militar pero nadie envía a sus soldados a morir»

¿Era previsible un ataque de Rusia contra Ucrania?

Muy previsible. Rusia hacía tiempo que venía amenazando. Exigía que Ucrania se proclamara país neutral y que no entrara nunca en la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). Advirtió de que no aceptaría de ninguna forma la adhesión de Ucrania a este organismo, y esto finalmente ha derivado en lo que estamos viviendo estos días.

¿Cómo valora este conflicto?

Hay dos posiciones incompatibles entre sí. Rusia no va a aceptar de ninguna forma que Ucrania entre a formar parte de la OTAN. Por su parte, ni Ucrania y ni tampoco la OTAN ofrecen garantía alguna al Gobierno ruso de que renuncian a la adhesión.

¿Pero estas incompatibilidades pueden llegar a justificar una invasión militar como la que estamos viendo?

Algo como lo que está pasando nunca estará justificado, pero desgraciadamente las grandes potencias actúan de esta forma. Ejemplo de ello es la actuación de los Estados Unidos con Vietnam y también durante la segunda guerra de Irak, cuando engañaron a la ONU con aquellas armas de destrucción masiva que en realidad no existían. Cuando una gran potencia piensa que sus intereses están en juego no se anda con rodeos y tira recto.

¿Qué le parece la respuesta del resto de países?

La condena es una reacción lógica. Es normal que todos se opongan a una conducta que va en contra del derecho internacional. Europa y Estados Unidos están aplicando sanciones, aunque habrá que ver qué daño hacen a Rusia. Su efecto no se podrá comprobar hasta dentro de unos meses, cuando la intervención militar ya haya acabado. Por su parte, el presidente de Ucrania pide ayuda militar porque nadie está dispuesto a combatir por ellos.

Habrá sanciones, habrá condenas y están dando armas a Ucrania, pero ningún país quiere enviar a sus soldados a morir allí. En cambio Rusia sí lo hace, envía a sus soldados a morir porque lo considera un interés vital. En América o Europa nos duele mucho lo que está sucediendo, lo condenamos e imponemos sanciones económicas, pero enviar a los soldados a parar a los rusos es algo que no hace nadie. Desgraciadamente es así.

¿Qué desenlace pronostica ante esta situación?

En primer lugar, está claro que Rusia tiene mucha más fuerza militar que Ucrania y los que le podrían prestar ayuda para compensar este desequilibrio no intervienen militarmente, así que Ucrania tiene todas las de perder en este terreno. Rusia quiere imponer su posición e impedir la adhesión de Ucrania a la OTAN, pero por ahora Ucrania y la OTAN se niegan a aceptarlo y dejan la puerta abierta a que el país acabe ingresando. De nuevo, son posiciones incompatibles. Habrá que ver hacia dónde van los acontecimientos pero, de momento, desde el punto de vista militar es evidente que un bando tiene mucha más fuerza que el otro.

En alguna ocasión, usted se ha mostrado crítico con las actuaciones de la OTAN de los últimos años. ¿Han sido un detonante?

Hay que tener claro que aquí todos han cometido equivocaciones, y la OTAN, con las ampliaciones que ha ido llevando a cabo en los últimos años hacia el este, todavía más. Esto ha sido el detonante, es evidente. La gente más ilustre y más decisiva de la política exterior americana ya lo alertaba desde hacía años.

Decían que era peligroso, que todas estas ampliaciones eran peligrosas porque Rusia no lo aceptaría nunca. Creo que a Rusia la han tratado a patadas. Cuando Gorbachov lo regaló todo sin recibir nada a cambio.

Si en su momento, treinta años atrás, Gorbachov hubiera actuado como lo está haciendo ahora Putin y hubiera enviado los tanques a Varsovia, como antes lo hicieron a Checoslovaquia o Hungría, el Pacto de Varsovia todavía existiría hoy en día. Sin embargo, él prefirió regalarlo todo.