PANORAMA
Un mundo de ceniza en La Palma dos meses después
Más de dos meses después de que terminara la erupción en Cumbre Vieja, el 13 de diciembre, el color negro lo cubre casi todo en las cotas altas de la localidad de Las Manchas, al sur del cono principal, donde la caída de cenizas fue constante durante los 85 días que se mantuvo activo el volcán. Sobre el manto de ceniza, que los vecinos de la zona cuentan que supera los cuatro metros de espesor en varios puntos, sobresalen un puñado de chimeneas y tejados, así como las copas de los pinos canarios, que comienzan a reponerse y a devolver algunos brotes verdes a un paisaje que, por lo demás, ha perdido el color. Los trabajos de retirada de ceniza son continuos y el ajetreo de camiones que salen de Las Manchas cargados de escoria volcánica por la carretera hacia Fuencaliente contrasta con las enormes cantidades de picón (lapilli) que aún se acumulan en los bordes de las carreteras y en los jardines de algunas viviendas.
El Gobierno de Canarias ha puesto en marcha el Plan Extraordinario de Empleo de La Palma, con más de 1.000 personas dedicadas al reacondicionamiento de las zonas afectadas. Los problemas se acumulan para los vecinos de esta zona de Las Manchas, donde no ha llegado aún el agua de consumo que los servicios municipales trabajan en reponer. “Vivir aquí por ahora es inviable”, se lamenta Julio Rodríguez, vecino de la zona.