POLÍTICA INTERNACIONAL
España acepta que el Sáhara sea una autonomía marroquí
Con competencias limitadas, como propuso Rabat en 2007 || Rompe la neutralidad y abandona la exigencia de un referéndum
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha enviado una carta al rey Mohamed VI en la que, según Rabat, sostiene que el plan de autonomía para el Sáhara Occidental planteado por Marruecos en 2007, que deja la región bajo soberanía marroquí aunque con algunas competencias cedidas, constituye “la base más seria, creíble y realista” para lograr una solución al conflicto. Según el comunicado, publicado por la Casa Real marroquí y confirmado por Moncloa, Sánchez reconoce “la importancia del Sáhara para Marruecos” y apuesta por una relación de “transparencia y el respeto mutuo”. De este modo, el jefe del Ejecutivo cede ante Marruecos y abandona la exigencia de celebración de un referéndum de autodeterminación, tal y como solicitan las Naciones Unidas, que consideran la zona un territorio aún pendiente de descolonización.
El mensaje de Sánchez supone, además, un claro gesto hacia Rabat en un momento en el que la crisis abierta por la acogida por el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en abril pasado y la postura del Gobierno respecto al Sáhara aún no se ha dado por superada y Marruecos no ha enviado de vuelta a Madrid a su embajadora, a la que llamó a consultas en mayo.En este sentido, el Frente Polisario, que gobierna en la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), lamentó ayer que Sánchez “sucumbre ante la presión y el chantaje” de Marruecos al avalar su plan como “peaje para retomar las dañadas relaciones entre ambos países.Por su parte, Podemos rechazó la propuesta de autonomía a través de su líder, Ione Belarra, que subrayó que España “no debe separarse del derecho internacional” y que el conflicto exige “una solución aceptable para todas las partes”. Más tajantes se mostraron el PP y Cs, que solicitaron la comparecencia urgente de Sánchez en el pleno del Congreso para dar explicaciones sobre el cambio de postura. Desde el partido azul señalaron que esta decisión tiene también implicaciones en la política energética en la que España depende de Argelia para el suministro del gas.