SEGRE

EUROPA DEL ESTE CONFLICTO BÉLICO

Las negociaciones de Estambul abren la vía hacia un posible pacto entre Rusia y Ucrania

Los negociadores ucranianos ofrecen su renuncia a la OTAN a cambio de que otros países garanticen su seguridad || Moscú reduce su presión sobre Kiev pero matiza que “no significa un alto el fuego”

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aplaudido en las negociaciones ruso-ucranianas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aplaudido en las negociaciones ruso-ucranianas.EFE/EPA/STATE EMERGENCY SERVICE UKRAINE

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Las negociaciones celebradas ayer en Estambul entre Rusia y Ucrania parecen haber sentado ciertas bases para un posible acercamiento que abre la vía hacia un tratado internacional que podría poner fin a la guerra. El punto clave es la futura neutralidad de Ucrania y el compromiso de no adherirse a la OTAN ni otras alianzas militares. A cambio, Kiev exige un tratado internacional con al menos once países que le ofrezcan garantías de seguridad para protegerlo contra cualquier agresión o ataque militar de Rusia. Si se dan estas garantías, “Ucrania aceptará ser neutral, no tendrá armas nucleares ni permitirá bases militares extranjeras en su territorio”, dijo el negociador ucraniano Oleksander Chalyi.Aunque se había anunciado una ronda de dos días de negociaciones, los avances alcanzados ayer permitieron concluir las conversaciones ya el primer día, por lo que no retomarán hoy las reuniones.

El jefe de la delegación rusa, Vladímir Medinski, confirmó las grandes líneas del acuerdo propuesto: neutralidad permanente de Ucrania, libre de armas nucleares y sin tropas extranjeras, a cambio de garantías multilaterales para Kiev. En el caso de un ataque o una agresión contra Ucrania, Kiev podría exigir consultas en tres días y, si no se resolviera por vía diplomática, tendría derecho a asistencia militar, incluida la declaración de una zona de exclusión aérea, precisaron los negociadores ucranianos. Al margen del posible acuerdo hacia una hoja de ruta, el resultado más concreto sobre el terreno fue el anuncio ruso de que sus tropas reducirán su presión militar sobre Kiev y otras ciudades en Ucrania (ver desglose), pero no significa un alto el fuego, según explicó la delegación rusa.

Por otra parte, Ucrania insistió en que el compromiso de mantenerse fuera de la OTAN no excluirá que el país ingrese en el futuro en la Unión Europea sino que, al contrario, los países garantes apoyarán activamente una futura adhesión al club europeo.Sin embargo, el camino aún puede ser largo, ya que Kiev debe someter a un referéndum los acuerdos firmados. El negociador jefe ucraniano insistió en que esa consulta solo podrá celebrarse tras la retirada completa de las tropas rusas.

Pese a los avances, las conversaciones no solucionan la cuestión de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Dónetsk y Lugansk, que Rusia ha reconocido como independientes, pero que Kiev quiere recuperar. Respecto a la península de Crimea, que Rusia anexionó ilegalmente en 2014, los representantes ucranianos señalaron que se propone un plazo de 15 años para resolver el asunto, sin que ni Rusia ni Ucrania recurran a la fuerza en ese periodo.

Moscú retira parte de las tropas en el norte para centrarse en el Donbás

El Ejército ruso inició ayer el repliegue de parte de sus tropas de los alrededores de Kiev y de la asediada ciudad norteña de Chernígov para centrarse en la conquista del Donbás, objetivo primordial de la actual campaña militar rusa en Ucrania. Sin embargo, el Pentágono afirmó que Rusia ha movido “un número pequeño” de unidades en la última jornada en las proximidades de Kiev y descartó que se trate de “una retirada real”. En Mikolayev, en el sur de Ucrania, informaron que al menos nueve personas han muerto y 28 han resultado heridas tras un ataque de las fuerzas rusas contra la ciudad.

Asimismo, según las autoridades locales, al menos 5.000 personas han muerto, incluidos 210 niños, desde que comenzó la invasión rusa en Mariúpol, ciudad asediada por los bombardeos y donde alrededor de 160.000 personas siguen atrapadas sin disponer de servicios básicos, como agua corriente, luz o calefacción.

Desconfianza en Occidente

Tanto Londres como Washington reaccionaron ayer a los últimos movimientos rusos afirmando que juzgarán a Moscú por sus actos y no por sus palabras. “No hay indicios de que Rusia quiere poner inmediatamente fin a la guerra”, comentó el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken.

Putin exige que Mariúpol deponga las armas

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, trasladó ayer a su homólogo francés, Emmanuel Macron, que para resolver la “difícil situación humanitaria” que se vive en la ciudad ucraniana de Mariúpol, cercada por las fuerzas rusas, es necesario que los “nacionalistas (ucranianos) depongan las armas”.

Advertencias del riesgo de envenenamiento

El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, aconsejó a la delegación de su país que participó en las negociaciones con Rusia en Turquía “no comer ni tocar nada”, ante las sospechas de envenenamiento surgidas en anteriores encuentros. Ayer participó el millonario ruso Roman Abramovich tras las informaciones sobre su supuesto envenenamiento.

Más de 3,9 millones de refugiados ucranianos

Más de 3,9 millones de personas han abandonado Ucrania desde que Rusia lanzó su ofensiva militar el pasado 24 de febrero, según la ONU, que estima que más de 10 millones de ucranianos han tenido que dejar sus hogares en un mes.

Borrell insiste en reducir el consumo de gas ruso

El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, aseguró ayer que sería un “gran fracaso” del bloque europeo no lograr reducir en un 50% el consumo de gas ruso en un año.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aplaudido en las negociaciones ruso-ucranianas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aplaudido en las negociaciones ruso-ucranianas.EFE/EPA/STATE EMERGENCY SERVICE UKRAINE

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