La Audiencia Nacional condena a 7 años y 6 meses de prisión al vigilante de seguridad de Terrassa que quería matar a Sánchez
Manuel Murillo aseguraba que atentaría contra el presidente español en respuesta a la exhumación de Franco
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 7 años y 6 meses de prisión Manuel Murillo, al vigilante de seguridad que en el 2018 manifestó su intención de asesinar al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Lo hizo en el grupo de whatsapp "Terrassa por España", dónde expresaba su desacuerdo absoluto con la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Murillo, vecino de Terrassa, tenía en su casa un arsenal de armas de fuego y practicaba en el club de tiro olímpico del Vallès.
Cuando los Mossos lo detuvieron el 19 de septiembre del 2018 encontraron en su casa 16 armas de fuego cortas y largas, incluyendo un fusil, un subfusil y cuatro rifles de altísima precisión. En el coche tenía dos pistolas, una de ellas modificada e ilegal.
En el grupo de whatsapp "Terrassa por España" decía que estaba dispuesto a "sacrificarse por España", tildaba a Sánchez de "rojo de mierda". Fue detenido fruto de la alerta que dio una de las usuarias del grupo de whatsapp, e inicialmente la Audiencia Nacional rechazó el caso porque consideraba que no era terrorismo.
El caso pasó de un juzgado de Terrassa a la Audiencia Provincial de Barcelona, y este se inhibió a favor de la Audiencia Nacional, que finalmente lo condena a 7 años y seis meses de prisión. Son 2 años y seis meses por delito de homicidio en grado de tentativa y 5 años por depósito de armas de guerra.
El tribunal considera probado que Murillo "fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española implicaba causar la muerte del presidente del gobierno, y por eso se dedicó a requerir ayuda para provocarla".
Los magistrados consideran que el gran número de armas que le encontraron en los registros añade una circunstancia de peligro. Apuntan que no había ningún plan "definitivamente preparado", pero consideran acreditado que Murillo mostraba cada vez con más determinación "una fijación inquebrantable de poner punto final a la vida del presidente del gobierno".
Los jueces no aceptan que Murillo tuviera ningún tipo de alteración psíquica y rechazan también que se le pueda aplicar ningún eximente de intoxicación etílica ni por el consumo de alcohol ni tampoco por medicamentos.
La Audiencia también condena a Murillo a 8 años de privación del derecho a la tenencia de armas, de manera que seis meses después de que haya cumplido la totalidad de la condena podrá volver a disponer el armas de fuego