INVESTIGACIÓN CORRUPCIÓN
"Pa la saca", la mofa de los comisionistas de las mascarillas en Madrid
El ayuntamiento de Madrid pagó 1,25 millones de euros por material defectuoso
El empresario Alberto Luceño envió un correo electrónico a su socio Luis Medina a modo de mofa tras cerrar el contrato con el ayuntamiento de Madrid para hacer llegar material sanitario a la capital en el que le escribió “pa la saca”. Así consta en los mensajes que incorpora el sumario de la investigación que instruye el juez Adolfo Carretero por la presunta comisión de delitos de estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales. En concreto, este correo electrónico está fechado el 30 de marzo de 2020 a las 19.19 horas. “Pa la saca”, escribió Luceño a Medina seis días después de cerrar el contrato de material sanitario con el ayuntamiento, que pagó hasta 11,9 millones de euros. Ambos se embolsaron en comisiones más de 6 millones de dólares.
Por otra parte, el portavoz socialista en la Asamblea y secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, y la portavoz socialista en el ayuntamiento, Mar Espinar, pidieron el jueves al alcalde de Madrid, el popular José Luis Martínez-Almeida, que deje de ser “un alcalde a la fuga” y “dé la cara por la utilización de dinero público para enriquecer a amigos y a familiares”, y solicitarán una reunión con él para que “dé explicaciones”.
Por otra parte, el ayuntamiento comunicó hace más de un año a la Fiscalía otra presunta estafa millonaria con la venta de 500.000 mascarillas, según publicó El País el jueves y confirmó la portavoz municipal y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz. La Policía Municipal indagó sobre el pago de 1,25 millones a una consultora de Nueva York a cambio de 500.000 tapabocas que no se “ajustaban a la normativa”. Sanz aseguró que esta importación “no tiene nada que ver” con el caso que involucra a Luceño y Medina y, según indicó, “tras varias incidencias, las mascarillas –cuya compra fue aprobada en el Consejo de Administración del 24 de marzo de 2020– llegaron semanas más tarde y, una vez en el almacén, se tuvieron sospechas de que no cumplían con las exigencias requeridas”.