La crisis por los casos de espionaje abre a Sánchez tres nuevos frentes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere intentar encauzar con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, la crisis por el espionaje a dirigentes independentistas y que ha abierto tres frentes: los problemas con ERC, socios preferentes de la legislatura; otra desavenencia entre los socios del Ejecutivo y roces dentro del ala socialista. La reunión entre ambos se celebrará a la mayor celeridad posible, según aseguraron ayer fuentes de Moncloa, y es que el jefe del Ejecutivo español no quiere dar largas a un encuentro con el que intentará convencer a Aragonès de que ni ordenó ni conocía el espionaje al que fue sometido por el Centro Nacional de Inteligencia. Con esas explicaciones desea encauzar la crisis abierta entre el Gobierno y uno de sus socios habituales, como es ERC, aunque asume que quizás eso no sea suficiente para darla por resuelta definitivamente ante las peticiones que está haciendo este partido.

Entre ellas, que se desclasifiquen los documentos que avalaron el espionaje al president catalán y que se asuman responsabilidades, es decir, que haya dimisiones.Una petición a la que se ha sumado Podemos evidenciando otra de las vertientes de la crisis como es el nuevo choque entre los socios del Gobierno. Esto se ha juntado también con un cruce de declaraciones entre miembros del ala socialista del Ejecutivo sobre la responsabilidad de la seguridad de los teléfonos móviles de Sánchez y del resto de miembros del Gabinete

Sánchez quiere convencer a Aragonès de que el Gobierno no sabía, ni ordenó que lo vigilaran

Por su parte, Aragonès, consideró que la reunión para tratar el Catalgate debe servir como un punto de inflexión en la actitud del Gobierno central. En una entrevista al diario Ara, el president afirmó que de esta reunión deben salir medidas que sirvan para reconducir la situación y estas, aseveró, pasan por “la transparencia, la asunción de responsabilidades y por las garantías de no repetición”.

Sobre el encuentro, el conseller de Trabajo, Roger Torrent, exigió que el encuentro se celebre pronto y que en él se explique todo y se pueda hablar de todo lo ocurrido. “Hemos sido espiados como representantes de instituciones. Y eso debería preocupar a todos los demócratas”, aseveró.

Por su parte, el líder del PSC, Salvador Illa, aprovechó para urgir a Aragonès, a “abrir un diálogo entre catalanes” y no limitarse a “pedir encuentros con Sánchez”.

Junqueras: “ Nos espían, pero urnas no lograron encontrar ni una”

? El líder de ERC, Oriol Junqueras, hizo mención ayer al espionaje a independentistas mediante Pegasus admitido por el CNI ironizando que pese a que les “espían mucho y desde hace mucho tiempo, no pillaron ni una urna”, en referencia a la votación del 1-O. En un acto municipalista en Reus, defendió que vive “con orgullo” que les vigilaran, porque esto significa que saben que ERC “puede ganar”.Por su parte, la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, consideró que el ministerio de Defensa y el Centro Nacional de Inteligencia son solo “la punta de iceberg” y dijo que es “muy curioso” que en todo este asunto “no haya aparecido” el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, instando a aclarar si desde su departamento también se hicieron escuchas.Mientras, los comuns advirtieron que ERC puede beneficiar al PP si hace pagar a la Moncloa el espionaje.