El otro fiscal del caso, Luca Gaglio, ha explicado que Berlusconi "decidió pagar el silencio y las mentiras" tanto de El Mahroug, como de los demás invitados que acudieron a las fiestas 'bunga bunga' en su villa de Arcore, en el norte de Italia. "A estas chicas les aseguraron que estarían bien tanto de ingresos, con una cuota mensual de 2.500 euros, como de alojamiento", ha contado Gaglio, informa el diario 'La Estampa'. Una declaraciones que casan con las versiones de algunas testigos durante el juicio, que reconocieron que Berlusconi se portó como un "padre" y entre otras cosas, les pagó un piso.
Este juicio es el tercero al que ha tenido que hacer frente Berlusconi después de que saltara el escándalo en 2010 tras ser acusado de abuso y prostitución de menores, caso del que fue absuelto por falta de pruebas. El caso que le atañe en estos momentos investiga si 'Il Cavaliere' -como era conocido- presionó y sobornó a los invitados, entre ellos estas jóvenes, de aquellas fiestas para evitar los cargos por prostitución de menores.
Durante el juicio, la fiscal Siciliano acusó a Berlusconi de tratar como "esclavas sexuales" a las mujeres que acudían a sus famosas fiestas, donde además acontecían prácticas "medievales" en las que había una "grave violencia". Durante el proceso, Siciliano ha lamentado que hayan pasado ya ocho años sin depurar realmente responsabilidades por estas fiestas, fruto de idas y venidas judiciales que han terminado por ser "herramientas innecesariamente dilatorias". En el actual proceso hay casi una treintena de acusados.