La Policía de Texas admite que erró al no entrar antes al aula del tiroteo

La Policía de Texas admitió ayer que fue un error no entrar antes y por la fuerza al aula en que se encontraba el atacante de la escuela de Uvalde en la que murieron tiroteados 19 niños y dos maestras el pasado martes, a la que los agentes tardaron en torno a una hora en acceder. El director de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, reconoció que no derribar la puerta y esperar a que llegase el conserje con la llave fue una “decisión incorrecta” y culpó de ella al máximo responsable policial que en ese momento se encontraba en el colegio. Según contó, después de haber oído múltiples disparos en el aula y que estos ya solo se dirigieran a la puerta cuando los agentes trataban de acceder, el citado jefe interpretó que ya no quedaba nadie con vida dentro salvo el agresor.

Esta interpretación le llevó cambiar el protocolo de “atacante activo” a “sospechoso atrincherado”, por lo que en lugar de entrar a la fuerza exponiendo a sus agentes a los disparos del agresor, optó por esperar a que llegasen los refuerzos. Las 21 víctimas mortales del tiroteo se encontraban en la misma aula, pero cuando la Policía finalmente logró acceder, también halló a niños con vida. Durante la hora en la que la Policía esperó sin realizar ningún intento de entrar al aula, había 19 agentes en el colegio.

Muchas de las familias de las víctimas denunciaron a través de las redes sociales la indebida actuación de las fuerzas de seguridad, que además de no hacer nada antes los padres desesperados de los alumnos que se concentraron frente al centro, les impidieron entrar para ayudar a sus hijos. La indignación por el protocolo policial se junta con la pena de aquellos que han perdido a sus seres queridos, a los que Uvalde ha rendido homenaje instalando en una céntrica plaza un memorial en su honor. A la lista de fallecidos por este trágico suceso hay que sumar el del marido de una de las profesoras asesinadas, que murió el jueves de un infarto.

En medio del debate abierto para imponer más control a las armas, que este suceso ha puesto de nuevo en el foco, la Asociación Nacional del Rifle, inició ayer su convención anual, a la que tienen previsto asistir dirigente republicanos, como el expresidente Donald Trump.