Las potencias mundiales prohíben las importaciones del oro de Rusia

El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció ayer que los países más industrializados del mundo, conocidos como el G-7, prohibirán la importación de oro de Rusia entre las medidas destinadas a sancionar a Moscú por la invasión de Ucrania. El G-7 lo aprobó ayer en su primer día de reunión en Elmau (Alemania), y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que su país “ha impuesto costes sin precedentes contra (el presidente ruso, Vladímir) Putin para quitarle los ingresos que necesita para financiar su guerra contra Ucrania”. Esta decisión llega después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, fuera el primero que lo planteara y ahora está buscando seducir a los miembros del G7 de la Unión Europea, es decir, Alemania, Italia y Francia.

En este sentido, Johnson considera que debe “darse un golpe directo a los oligarcas rusos”, tocar “el corazón de la industria armamentística” del presidente Vladímir Putin y ahogar sus fuentes de financiación. Por su parte, las delegaciones de los tres socios de la UE presentes en Elmau, el castillo bávaro donde se celebra la cumbre, están abordando ya esta posible ampliación de las sanciones en lo que respecta al oro, aunque por el momento no hay decisiones al respecto, indicaron fuentes alemanas. Tampoco se considera, por parte de Berlín, que Alemania deba asumir un papel de liderazgo, dentro del bloque de la UE, respecto a la guerra de Ucrania, tal como aparentemente se propone desde la Casa Blanca.

Por otro lado, el G-7 también acordó que destinará 600.000 millones de dólares a un macroplan de infraestructuras en países de ingresos medios y bajos para contrarrestar el avance de China. De esa cantidad, Washington movilizará 200.000 millones de dólares a través de fondos públicos y privados, a lo largo de los próximos cinco años. Biden apuntó que las inversiones en infraestructuras son “cruciales” para un desarrollo sostenible y para lograr una “estabilidad global” y avanzó que también quiere movilizar 335 millones de dólares en inversiones para proporcionar internet y tecnología financiera en África, Asia y Latinoamérica.

El Ejército ruso volvió a bombardear el centro de la capital de Ucrania, Kiev, un mes después de que lo hiciera por última vez y concentrara su ofensiva en el este del país, el Donbass. El alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, confirmó el impacto de un misil a primera hora de este domingo en un edificio de apartamentos que ha dejado al menos un fallecido, cinco heridos y varios atrapados en los escombros. El impacto ocurrió en un edificio del barrio de Shevchenkivski, en pleno centro de la ciudad, y uno de los heridos es una niña de seis años que ha sido hospitalizada al quedar parcialmente atrapada bajo una losa de cemento.

Además de Kiev, varias ciudades del centro y oeste del país también sufrieron ataques provocados por la medio centenar de proyectiles que el Ejército ruso lanzó de madrugada. Paralelamente, las fuerzas ucranianas prosiguieron ayer conteniendo la ofensiva rusa sobre la ciudad de Lisichansk, su último bastión en la región de Lugansk, mientras las tropas de Moscú se concentran para avanzar hacia Sloviansk, en la vecina región oriental de Donetsk. Por otro lado, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, hizo ayer su primera visita a la región ucraniana de Donbás desde el comienzo de la invasión rusa del país el pasado febrero para acudir a una ceremonia de entrega de medallas a los combatientes rusos.