Encuentro de Aragonès y Sánchez y Junts y ERC, a la greña por el diálogo

El presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, y su homólogo catalán, Pere Aragonès, coincidieron ayer por la tarde a su llegada al Camp Nou de Barcelona para asistir a los Premis Pimec. A las puertas del estadio, Sánchez fue recibido por Aragonès. Fuentes de ambas administraciones aseguraron que los presidentes no llegaron a hablar a solas, sino que estuvieron en todo momento con una decena de autoridades charlando “con la máxima cordialidad” sobre asuntos empresariales.

Ambos coincidieron después de que la semana pasada el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y su homóloga en la Generalitat, Laura Vilagrà, se reunieran para tratar de desbloquear las relaciones entre ambas administraciones tras el escándalo del ‘Catalangate’ y acordaran celebrar un encuentro entre los dos presidentes antes de las vacaciones de verano. No obstante, la fecha para este sigue aún sin definirse. Horas antes, por la mañana, Sánchez había dicho que quiere unir “cuanto antes” la mesa de diálogo.

Señaló que “la agenda del reencuentro sigue vigente” y que le gustaría que, además de ERC, estuviera Junts.El portavoz de la segunda formación, Josep Rius, interpretó estas palabras como una “rectificación” del presidente. “Pero también a Aragonès, que fue quien vetó la delegación que proponía Junts para la mesa de diálogo”, apuntó. También mostró su preocupación “por la tendencia de ERC a hacer reuniones con ministros sin que haya habido avances en la investigación del Catalangate”, y recalcó que en un Govern de coalición, las posiciones deben fijarlas los dos partidos.Por su parte, la portavoz de ERC, la leridana Marta Vilalta, pidió a Junts que “deje de debilitar” al independentismo y al Govern.

Instó a sus socios a “no abandonar” la mesa de diálogo, que, dijo, se debe reunir “lo más pronto posible” para generar las condiciones para recuperar la confianza.En el marco de la entrega de premios, Aragonès pidió ante Sánchez flexibilizar los objetivos de déficit de las comunidades autónomas y la creación de “un mecanismo de garantía del cumplimiento” de las inversiones del Estado en Catalunya.