La Fiscalía investigará la masacre de migrantes en la frontera de Melilla

La Fiscalía General del Estado investigará el salto a la valla de Melilla con Marruecos sucedido la madrugada del viernes en el que murieron 23 personas de origen subsahariano -37 según las ONG- tras duras críticas políticas al Gobierno y después de que todos los partidos hayan urgido explicaciones al jefe del Ejecutivo y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. El Comité de la ONU sobre los Trabajadores Migrantes pidió ayer a Marruecos y a España investigar de forma inmediata las muertes para ver si los fallecidos murieron “al caer de la valla, en la estampida o como resultado de alguna acción de los agentes de fronteras” y que depuren responsabilidades. También la UE pidió “arrojar luz” sobre el brutal suceso.

Tras esto la Fiscalía General del Estado encargó abrir una investigación, señalando que, ante la “trascendencia y gravedad” de los hechos, que podrían haber vulnerado derechos humanos y derechos fundamentales, se abrirá un caso, que es singular y complejo. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se mostró convencido de que ambos países quieren “saber qué ocurrió”, aunque puntualizó que “una avalancha de 2.000 personas es muy difícil de gestionar”, por lo que España necesita “reforzar aún más la colaboración con Marruecos”. Sin embargo, los principales socios del Gobierno en el Congreso vinculan el giro de España en la política con Rabat a estos incidentes y avisan de que “tiene consecuencias”.

PNV, Bildu, o Compromís no tienen dudas de que la tragedia es “consecuencia directa del acuerdo entre el Gobierno y Marruecos a cambio de traicionar al Sáhara”. El país alauí aseguró que los migrantes eran dirigidos por “milicianos experimentados” que se infiltraron a través de la frontera con Argelia

La policía de San Antonio detuvo a tres personas que estarán relacionadas con el trágico suceso

Por otro lado, el barco Geo Barents, de Médicos sin Fronteras, presenció la noche del lunes un naufragio de un bote neumático en el Mediterráneo central. La ONG pudo salvar a 72 personas, una de las cuales falleció tras subirla al barco, mientras que otras 22, entre ellas varios niños, desaparecieron en el mar.

De los rescatados, los médicos lograron estabilizar a tres personas, incluidos niños, y se pudo evacuar a los más graves. Entre esos se encuentra un bebé que fue reanimado. Los cadáveres de una cincuentena de inmigrantes fueron localizados el lunes en el interior del remolque de un camión abandonado a las afueras de San Antonio, en la frontera entre EEUU y México en el estado de Texas, junto a otra veintena de personas, entre ellas varios menores, que necesitaron recibir asistencia médica urgente por asfixia y deshidratación.

El jefe de Policía de la ciudad, William McManus, aseguró que habían detenido a tres personas relacionadas con el suceso, pero no confirmó si entre ellas se encontraba el conductor del vehículo. El alcalde, Ron Nirenberg, confirmó que las víctimas eran migrantes que habían cruzado la frontera hacinados en el camión en plena ola de calor y vinculó la tragedia a las redes de tráfico humano. Las temperaturas en Texas alcanzaron los 40ºC el lunes y las autoridades no saben el tiempo que pasaron los fallecidos en el interior del camión, que fue abandonado por el conductor antes de que la policía lo localizara y abriera el interior del remolque.

“Quizá llevaban allí un par de días. No les habían dado agua ni comida y obviamente estaban tratando de conseguir ayuda”, detalló el subjefe de la Policía, Eric Hightower, que explicó que había varias personas alrededor del mismo. Los habitantes de la ciudad aseguran que la zona donde se localizó el remolque es una parada habitual en la que se bajan grupos de inmigrantes tras cruzar la frontera de manera clandestina por su cercanía a las vías del tren.De los 50 fallecidos, 22 tienen nacionalidad mexicana, siete proceden de Guatemala y dos de Honduras, según confirmó el Gobierno mexicano.