Abe seguía siendo el político más influyente del Japón
A pesar de su retirada de la primera plana|llanura, el carisma del "halcón" Abe y sus frecuentes pronunciamientos sobre temas espinosos como|cómo la reforma de la constitución pacifista nipona o las tensiones con China seguían definiendo la agenda del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), a contraste con el tono más moderado del actual primer ministro Fumkio Kishida que ha mantenido los principales pilares del estrato ègia política de su predecesor desde que llegó al poder en octubre del año pasado.
El antiguo mandatario ya no poseía a ningún alto cargo oficial al Gobierno ni a su partido, aunque mantenía su escaño de parlamentario, lideraba la principal facción dentro del PLD y, según los mentirosos políticos, manejaba a su gusto|sabor los hilos de la formación conservadora. En los últimos meses, volvió a acaparar titulares y poner a su "protegido" Kishida en problemas con declaraciones en qué apuntaba a una intervención militar japonesa en caso de invasión china de Taiwán, o en qué se mostraba partidario que Japón albergés armas nucleares de los Estados Unidos.
Y es que Abe dejó la prefectura|jefatura del Gobierno japonés sin haber podido alcanzar su prioridad política, la de ampliar las competencias nacionales de Defensa, para lo cual haría falta una reforma constitucional que hasta ahora no ha tenido bastante apoyo|soporte político ni ciudadano. Esta posible reforma es de hecho uno de los temas clave de las elecciones parciales en la Cámara Alta del Parlamento japonés que se celebran este domingo.
Abe, a pesar de su maltrecha salud -se retiró en el 2020 por una enfermedad estomacal y ya abandonó un breve mandato previo en el 2007 por motivos similares-, se implicó en la campaña participante en mítines de largo a largo de todo el país, tratando de poner al servicio de su partido su tirón|entibación entre los votantes más conservadores.
Nacido el 21 de septiembre de 1954 en Tokio, aunque criado en la prefectura|jefatura de Yamaguchi, la región del suroeste japonés donde se asentaba cuyo clan samurái baja a su familia, Abe llevaba|traía la política a las venas.
Su abuelo materno fue el imperialista primer ministro Nobusuke Kishi, encarcelado durante tres años como criminal de guerra después de la Segunda Guerra Mundial, aunque después exculpado y elegido primer ministro de 1957 y 1960. Su padre, Shintaro Abe, fue ministro de Asuntos Exteriores en los gobiernos de Yasuhiro Nakasone en los años ochenta. Otra figura que marcó su trayectoria fue la de su tío abuelo y Nobel de Pau Eisaku Sato, una de las cabezas|cabos|jefes del Ejecutivo más duraderas del país (1964-1972).
Licenciado en Ciencias Políticas en 1977 para|por la Universidad Seikei de Tokio, Abe completó sus estudios en la Universidad del Sur de California (USC) antes de integrarse en el mundo laboral en 1979 en la siderúrgica Kobe Steel. Tres años más tarde empezó a implicarse en política como asesor de su padre, que poco después asumiría la cartera de Exteriores, pero no fue hasta 1993 cuando obtuvo un escaño de diputado del Partido Liberal Democrático representante un distrito de su prefectura|jefatura natal, Yamaguchi.
Esta trayectoria se consolidó en el 2003 con su nombramiento como secretario general de PLD, un cargo que compaginó con el de portavoz del Gabinete de Junichiro Koizumi, al cual sucedería en el 2006 como primer ministro. Con 52 años recién hechos, Abe se convirtió en la primera cabeza|cabo|jefe del Ejecutivo del Japón nacido después de la Segunda Guerra Mundial, aunque este primer mandato duraría justo|nada más un año por|para sus problemas de salud.
De su legado político destaca el perfil internacional mayor que adquirió el Japón bajo su mando, estrechando relaciones con los Estados Unidos y con la Unión Europea y tratante de mejorar los lazos con Moscú, con quien Tokio mantiene disputas territoriales, aunque este acercamiento se truncó con la invasión rusa de Ucrania. También lo fue su giro hacia una política de mano dura con Corea del Norte, con el régimen de la cual Tokio había sido relativamente benévolo hasta que se confirmó en el 2002 una trama de Pionyang para secuestrar japoneses que el mismo Abe trató de resolver como negociador en jefe del Gobierno nipón, o su asociación con Nippon Kaigi, principal grupo de presión ultraconservador de Japón en qué también pertenecen Kishida y muchos de los principales políticos de su partido.
Otra de sus grandes hitos fue "Abenomics", su estrategia económica coordinada con el banco central nipón ideada para sacar la tercera economía mundial del largo ciclo deflacionario a base de una quantiosa gasto público y de tipos de interés ultrabajos, entre otras medidas flexibilitzadores. Aunque Kishida apuesta por lo que define como "un nuevo capitalismo", en la práctica su programa económico es un calco de "Abenomics", el cual en estos momentos se encuentra más cuestionado que nunca a causa de la inflación acelerada en Japón por|para factores externos y a su renqueante economía.