Aragonès y Sánchez desbloquean la mesa de diálogo y la convocan para final de este mes

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, desbloquearon ayer la mesa de diálogo sobre Catalunya al acordar que se reúna la última semana de este mismo mes en Madrid, y con la pretensión por ambas partes de que en ella se logren cerrar acuerdos concretos. La fecha para retomar la negociación que debería acabar con el conflicto político fue el único acuerdo al que ambos dirigentes llegaron en la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa. Aragonès hacía más de dos meses que exigía este encuentro para aclarar las escuchas a dirigentes independentistas mediante el sistema Pegasus, un escándalo que incluso llevó al Govern catalán a anunciar una congelación de las relaciones con el Ejecutivo central hasta que se obtuvieran garantías de que no volvería a suceder y se asumieran responsabilidades.

Aragonès, que todavía no da por normalizadas las relaciones con el Estado, tildó la reunión como “positiva” y deseó que la mesa de diálogo, a la que ni él ni Sánchez acudirán, sirva para llegar a “acuerdos parciales” para revertir la judicialización. Para él esto es un “paso importante” para “restaurar la confianza” y ofrecer “garantías de respeto”, en referencia al espionaje. Aragonés, que no ha dado aún por cerrado el Catalangate, espera que se llegue hasta “el fondo de este asunto tan grave” y celebró el “compromiso” de Sánchez de “colaborar de forma absoluta” con la justicia para esclarecer los hechos.

Pese a que avanzar en ponerle fin a la represión es uno de los puntos importantes para el Govern, el president catalán advirtió que el conflicto político aún está lejos de resolverse porque la única solución pasa por un referéndum de autodeterminación. Por su parte, desde Moncloa, la portavoz, Isabel Rodríguez, que destacó la cordialidad del encuentro y aseguró que sirvió para normalizar las relaciones entre gobiernos, afirmó que están convencidos de que la mesa de diálogo servirá para cerrar “acuerdos concretos”. Rodríguez informó que en el encuentro se trató el espionaje, pero en ningún momento se habló de reformar el delito de sedición

Junts aseguró que no se sentará en la mesa de diálogo, que ve como un “salvavidas” para Sánchez

Invitación por parte de ambos para que Junts se una a la negociaciónnEl president del Govern, Pere Aragonès, y el del Gobierno central, Pedro Sánchez, no acudirán al encuentro que se celebrará la última semana de este mes en Madrid y dejarán la negociación en manos de sus equipos, de los que quieren que formen parte tanto miembros de Podemos, socio de coalición del PSOE en Madrid, como de Junts, parte de la Generalitat junto a ERC.

La ministra portavoz del Ejecutivo central, Isabel Rodríguez, manifestó que “sería muy deseable” que todas las fuerzas políticas que forman parte de ambos gobiernos puedan participar en la próxima reunión de la mesa de diálogo. Según ella, durante los trabajos previos a la celebración del primer encuentro de este espacio de diálogo se estableció que los acuerdos que se alcancen en el mismo deberían ser “representativos de una mayoría social amplia y transversal”, para lo cual Moncloa entiende que sería conveniente la incorporación de los socios del PSOE y ERC a sus trabajos.Por su parte, el president de la Generalitat, que afirmó que tras el encuentro informó a sus socios de Junts de la convocatoria de la mesa de diálogo, y expresó su voluntad de que puedan participar en la cita. Con todo, la portavoz de la formación juntista en el Congreso, Míriam Nogueras, rechazó durante su intervención en el debate del estado de la Nación participar de este espacio de negociación, pese a la insistencia de Sánchez a que asistieran esta reunión.

“No seremos los socorristas”, aseveró Nogueras.Junts se negó a asistir a la primera mesa de diálogo, celebrada hace más de 15 meses, después de que Aragonès rechazara que a ella asistiera el entonces secretario general de la formación, Jordi Sànchez; el exconseller y actual secretario de Junts, Jordi Turull, y la propia Nogueras, al asegurar que estos no formaban parte del Consell Executiu.