Juzgan a puerta cerrada al acusado que se enfrenta a 81 años de prisión por abusar sexualmente de diez niñas en Arbúcies
La fiscal sostiene que se ofrecía a dar clases particulares gratis a las menores para ganarse la confianza de las familias
La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar este lunes y a puerta cerrada al acusado que se enfrenta a 81 años de prisión por abusar sexualmente de diez menores en Arbúcies. Según recoge el escrito de acusación de la fiscalía, el procesado se ofrecía a dar clases particulares gratuitas a las víctimas, que provenían de familias en una "situación precaria", para ganarse la confianza de los padres. De esta manera, y ofreciendo regalos a las niñas, habría hecho tocamientos y frotamientos con el pene en los genitales de las menores. Según la acusación, los abusos tuvieron lugar entre 2013 y el 29 de julio del 2019, cuando la madre de una de las niñas lo sorprendió in fraganti. La defensa, encabezada por el letrado Bernat Pladevall, pide la absolución.
La sección cuarta de la Audiencia de Girona, a petición de las acusaciones, ha acordado que el juicio se haga a puerta cerrada. Según el guion, el juicio empieza con las declaraciones de los familiares de las víctimas y con las reproducciones de las grabaciones del relato de los hechos que hicieron y que constan como prueba preconstituida. Está previsto que el acusado declare el jueves, después de las periciales de los forenses y de los psicólogos, y que el viernes haya los informes y el juicio quede visto para sentencia.
Los presuntos abusos se descubrieron en julio del 2019 cuando la madre de una de las víctimas habría sorprendido al procesado in fraganti. Según el escrito de conclusiones provisionales, la niña que entonces tenía 7 años, su madre y el marido de la mujer estaban en casa del procesado. Hacia las seis y media de la tarde, el acusado hizo ir a la niña a una habitación donde tenía literas. Una vez allí, le bajó la ropa, le lamió los genitales y le hizo frotamientos con el pene. La madre entró en aquel momento en la habitación, lo pilló y denunció los hechos. Según trascendió en el momento de los hechos, la Policía Local y los Mossos detuvieron al sospechoso, que ingresó en la prisión después de pasar a disposición judicial.
A raíz de esta denuncia se habrían descubierto más casos de supuestos abusos. Según recoge el escrito de acusación de la fiscalía, entre el 2013 y en el 2019 el procesado se ofrecía a dar clases de refuerzo gratis a las menores, que provenían de "familias que se encontraban en una situación precaria". La fiscal sostiene que de esta manera consiguió "acercarse e intimar con las niñas" porque se ganaba la confianza de los padres. Las clases particulares las daba generalmente en su casa. "También favorecía la entrada a su casa de las niñas ofreciendo chucherías, helados o regalos a las más pequeñas o tabaco y alcohol a las de más edad", añade el ministerio fiscal.
La acusación pública argumenta que el procesado se aprovechó de la confianza que le depositaban a los padres de las menores y de la inocencia de las niñas para abusar de ellas de manera continuada: "Las desnudaba y las girar boca abajo para, a continuación, friccionar su pene contra los genitales de las pequeñas. También los daba besos en la boca, tocamientos en los pechos y las obligaba a tocarle el pene, introduciéndolo después en la boca de las menores", expone a la fiscal que considera que "estas conductas se repitieron con frecuencia".
Una de las víctimas tiene una discapacidad reconocida del 85% y la fiscalía lo acusa de haber abusado de ella y de su hermana en casa de las menores "aprovechando la ausencia de la madre": "Se sentaba en el sofá en medio de las menores y, mientras estaban tapados con una manta, les hacía tocamientos, llegando a introducir un dedo a una de las niñas".
La fiscalía también lo acusa de una agresión sexual en grado de tentativa que habría tenido lugar el verano de 2018. Siguiendo el mismo modus operandi, habría intentado abusar de una menor que entonces tenía 14 años sujetándola con fuerza, tumbándola en una cama y encima suyo. No lo llegó a conseguir porque otra menor intervino y le lanzó un libro. Las dos niñas pudieron huir.
La fiscalía lo acusa inicialmente de cuatro delitos continuados de abuso sexual a menor con penetración, tres delitos continuados de abuso sexual a menor, un delito continuado de abuso sexual a menor con discapacidad, un delito de abuso sexual a menor y un delito de agresión sexual a menor en grado de tentativa. Pide una pena de 81 años de prisión, 10 años de libertad vigilada, inhabilitación para trabajar con menores durante 5 años y que no se pueda acercar ni comunicarse con ninguna de las víctimas durante un plazo de hasta 10 años. En concepto de responsabilidad civil, solicita que el procesado indemnice a las víctimas con 165.000 euros.
La familia de dos de las víctimas se han personado como acusación particular y la Generalitat también ejerce de acusación en el caso de una de las menores tutelada por la DGAIA. El abogado de la defensa, Bernat Pladevall, niega las acusaciones y pide la absolución.