Bruselas propone reducir al menos un 15% el consumo de gas hasta marzo de 2023 para afrontar posibles cortes de Rusia
La Comisión indica que la medida es voluntaria, pero mantiene la posibilidad de declararla obligatoria en casos extremos
Bruselas propone reducir un 15% el consumo de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023 en el conjunto de países de la Unión Europea para hacer frente a posibles cortes por parte de Rusia. En un comunicado emitido este miércoles, la Comisión Europea ha indicado que "todos los consumidores pueden y tienen que tomar medidas para ahorrar", subrayando la necesidad de acelerar la diversificación de las fuentes de energía, la apuesta por compras conjuntas y el impulso de las renovables. La aplicación de la medida entre los diferentes estados miembros será voluntaria, pero el ejecutivo mantiene la posibilidad de declararla obligatoria si se observa un "riesgo sustancial de escasez de gas" o bien "una demanda de gas excepcionalmente elevada".
Para poder cumplir estos objetivos, la Comisión Europea exige a los diferentes estados la actualización de sus planes de contingencia, que se tendrán que presentar, como muy tarde, a finales del próximo mes de septiembre. En paralelo, el ejecutivo solicitará un informe cada dos meses para analizar el progreso de cada país en este aspecto. La propuesta dada a conocer este miércoles también impone condiciones a los estados que, condicionados por su orografía e infraestructura, tengan que solicitar suministro a otros países de la UE. En este sentido, la Comisión requerirá en estos territorios que demuestren que están llevando a cabo medidas para reducir la demanda doméstica.
Para facilitar el trabajo a los estados miembros, la Comisión ha adoptado lo que ha bautizado como 'Plan Europeo para la Reducción de la Demanda del Gas', que fija una serie de medidas y principios para fomentar la coordinación. El plan se centra en la sustitución del gas por otras fuentes de energía y en el ahorro energético a todos los sectores de la economía.
Con respecto al primer punto, el ejecutivo encabezado por Ursula Von der Leyen marca como prioridad el impulso de las energías renovables. No obstante, tampoco descarta el uso de otros combustibles fósiles para hacer frente a una situación que considera excepcional. "Pasar al carbón, al petróleo o a la energía nuclear puede ser necesario como medida temporal, siempre que se evite el uso de forma consolidada a largo plazo". También en la misma línea, la Comisión sugiere el diseño de sistemas que incentiven la reducción de energía por sectores. De hecho, el organismo comunitario indica que el plan presentado este miércoles sólo contemplará excepciones para aquellos servicios considerados esenciales –como por ejemplo los hospitales- y para aquellas industrias "decisivas para el abastecimiento de productos esenciales".
Recomendaciones en los hogares
Por ahora, las medidas propuestas por la Comisión no contemplan un racionamiento del gas entre las familias. "Los hogares entran dentro de la definición de consumidores protegidos bajo las normas comunitarias; serán los menos afectados por los cortes|trozos y, ante la falta de imprevistos, no se verán directamente impactados por las disrupciones a gran escala provenientes de Rusia", indica el comunicado.
No obstante, el ejecutivo también apunta que los hogares juegan "un papel muy importante" de cara los próximos meses para reducir el consumo "innecesario" y "evitar el despilfarro energético". En este sentido, anima a los consumidores a actuar de forma "responsable" a través de acciones como reducir el uso de los sistemas de calefacción o refrigeración, cerrar luces que se utilizan de forma innecesaria o mejorando el aislamiento de las casas. Para la Comisión, "tomar acciones ahora puede reducir el riesgo y los costes para|por Europa en caso de una disrupción total, fortaleciendo y haciendo más resiliente el sistema energético europeo". "La energía ahorrada este verano es energía disponible por|para el invierno", añade.
Objetivo: incrementar las reservas de gas
Aparte de la propuesta dada a conocer este miércoles, el ejecutivo europeo mantiene su objetivo que las reservas de gas al conjunto de la Unión Europea se sitúen al menos en el 80% antes del próximo 1 de noviembre para asegurar el suministro de cara al invierno. Para alcanzar esta cifra, será especialmente relevante conocer como actúa el Kremlin en el gasoducto Nord Stream, que conecta Rusia y Alemania. La semana pasada, el operador ruso Gazprom inició las tareas de mantenimiento habituales en la infraestructura, unos trabajos que tienen que acabar este 21 de agosto. A pesar de todo, varias voces dentro del gobierno alemán temen que Putin corte el suministro de gas argumentando "problemas técnicos", un hecho que ya se ha repetido en otros gasoductos que conectan Rusia con la Unión Europea.
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