El origen del fuego en el Pont de Vilomara pudo ser intencionado

Los Agentes Rurales trabajan con la hipótesis de la intencionalidad en el origen del fuego en el Pont de Vilomara y Rocafort (Bages) que quema desde el domingo y que ha afectado a 1.750 hectáreas y una cincuentena de casas, una veintena de ellas calcinadas totalmente. Jaume Torralba, jefe de los Agentes Rurales en la Catalunya Central, explicó ayer que el incendio, ya estabilizado, tuvo su origen en dos puntos cercanos junto a una riera en un lugar muy escondido. No fue hasta el mediodía de ayer que se detectaron los puntos y los agentes tienen bastante claro que “desgraciadamente” la causa fue provocada por alguien con intención de prender fuego.El jefe de los Agentes Rurales en la Catalunya Central no dudó en indicar que el origen del fuego ha tenido “mala baba”, tanto por el hecho de la intencionalidad como porque estaba situado en un punto, junto a la riera, donde enseguida comenzaba una pendiente que permitió la propagación explosiva de las llamas.

El incendio se inició en una zona “escondida” a 3,5 kilómetros del Pont de Vilomara, en una zona “mala”. La fuerte pendiente constituyó una especie de chimenea orográfica que facilitó la rápida expansión del fuego. “Hoy en día, con los GPS, cualquier persona puede llegar a cualquier lugar.

Si no, tenderíamos a pensar que se trata de alguien con un gran conocimiento de la zona”, indicó Torralba en torno al punto donde se sitúa el origen del fuego.Asimismo, el cuerpo considera que otro fuego que tuvo lugar el 12 de julio en Sant Vicenç de Castellet fue también intencionado. En todo caso, Torralba afirmó que se trata de patrones muy diferentes, lo que aleja bastante la posibilidad –aunque no descartada– de que les haya causado la misma persona.Un tercer incendio, el ocurrido el lunes en Manresa, cerca de un vertedero, se considera fortuito. En concreto, el mando de los Agentes Rurales explicó que un pájaro se electrocutó con un hilo eléctrico.

El viento complica la extinción de varios incendios

El viento complicó ayer la extinción de los incendios que ya han devastado casi 20.000 hectáreas en Galicia, mientras Castilla y León está aún pendiente de los fuegos de Ávila y de Zamora, y nuevos incendios se activaron en Zaragoza y en Guadalajara, región amenazada por un alto índice de propagación de las llamas. Los incendios forestales, que asolan a más de media España, han quemado en lo que va de año 70.000 hectáreas, el doble de la media de la ultima década.