Borràs: “Los que me quieran muerta que se ensucien las manos”

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, dejó claro ayer que no piensa dimitir tras la apertura de juicio oral por presuntamente fraccionar contratos cuando dirigía la Institució de las Lletres Catalanes (ILC), pese a que ERC, la CUP e incluso consellers y dirigentes de Junts le han pedido que dé un paso al lado y de que la Mesa de la Cámara catalana esté a un paso de suspenderla, quizás hoy mismo, de sus funciones. “He dicho y repetido que no dimitiré. Porque hacerlo significaría aceptar que he hecho lo que me acusan de haber hecho, y no.

Y los que me quieran muerta, me tendrán que matar y ensuciarse las manos. Yo he venido a hacer la independencia, no a suicidarme por la autonomía”, aseveró la también dirigente de Junts a través de Twitter después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya la enviara a juicio por los delitos de prevaricación y falsedad documental. Borràs subrayó también que durante el proceso cayó la acusación de malversación, por lo que se demuestra que no ha habido “corrupción lucrativa” e insistió en que si su causa ha llegado tan lejos es porque sufre una persecución política.

Es por ello que lanzó una advertencia a ERC, CUP y PSC: “Espero, deseo y quiero creer que los miembros de la Mesa actuarán como diputados demócratas, respetuosos con los derechos fundamentales, y no como jueces o inquisidores y tomarán, en conciencia, la decisión política más ecuánime”. La Mesa del Parlament abordará este mediodía si suspende a la presidenta de la Cámara, una iniciativa que apoyan PSC, ERC y CUP. Los tres partidos que han pedido desde el inicio a la presidenta que se aparte para no “desprestigiar a la institución” ya avisaron de que, si no lo hace, votarán a favor de suspenderla con base en el artículo 25.4 del Reglamento, que obliga a la Mesa a apartar a los diputados que se enfrentan a un juicio por delitos vinculados a la corrupción.

A la líder del Parlament también le han faltado apoyos dentro de su formación, y es que en la Ejecutiva celebrada el martes de urgencia tras la apertura de juicio oral contra ella, varios dirigentes “de peso” le pidieron que dimitiera. Según fuentes del partido, no lo hizo porque el secretario general, Jordi Turull, salió en su defensa.