PANORAMA
Leridanos que vivieron el horror
Testigos en Cambrils durante los atentados recuerdan cómo sufrieron esa noche “para olvidar”. Nunca imaginaron que los terroristas acabaran en esta localidad tras la barbarie en las Rambles.
«No podía soportar que nadie corriese detrás mío»
Pere. Vecino de Lleida
Pere estaba con unos amigos en el bar Beach Point, en el paseo marítimo de Cambrils. “De repente, entraron tres turistas pidiendo a gritos que alguien llamara a la policía. Al principio nadie entendía nada, pero notaba a la gente inquieta e hipersensible”, recuerda el joven. El pánico se acentuó porque hacía solo unas horas de los fatídicos sucesos de Barcelona. “Al instante apareció uno de los terroristas vestido con una chaleco naranja, simulando que llevaba explosivos, y a todos nos pareció real. Llegó un coche con más miembros de la célula terrorista, empezaron a disparar y todo el mundo salimos corriendo agachados. Pudimos llegar bien a casa, pero tuve mucho miedo, hasta el punto que hasta varias semanas después no soportaba que nadie corriera detrás mío, y las sirenas de emergencia de la policía me causaban ansiedad. Ahora ya estoy bien, pero miro al pasado con el recuerdo de una mala experiencia que nunca debió suceder.”
«Pensaba que no era real, como si estuviera soñando»
Estel. Vecina de Lleida
Estel y su amiga Blanca estaban en la rambla de Cambrils, cuando empezó el caos. No sabían cómo reaccionar, y decidieron salir corriendo hacia la arena. “Mi amiga estaba muy nerviosa, pero yo creí que lo que pasaba no era real. Pensaba que se trataba de un sueño, estaba en estado de shock”, recuerda. Entraron en el agua y nadaron hasta una plataforma de flotadores, donde también se escondía otra pareja. “Estuvimos ahí más de una hora, y cuando se calmó todo volvimos a la orilla, donde la policía nos tranquilizó y nos dijeron que fuésemos a Salou andando. Una señora nos abrió las puertas de su casa y pudimos llamar a nuestras familias para decirles que estábamos bien. No sé por qué lo hicimos, pero antes de saltar al mar dejamos nuestros móviles en la arena. Cuando volvimos a la playa no los encontramos, pero tuvimos la suerte de que la policía los vio y los llevó a comisaría, donde pudimos recuperarlos al día siguiente”.
«Los niños tuvieron pesadillas varios días, y yo también»
Pau. Vecino de Lleida
Pau y su familia nunca olvidarán el atentado de Cambrils, que vivieron ‘in situ’, ya que uno de los terroristas fue abatido por los Mossos justo en frente del apartamento en el que se alojaban. De hecho, horas antes había tenido un pensamiento premonitorio. “Estábamos en una terraza del paseo, cerca del puerto, y recuerdo que le dije a mi madre que no estaba cómodo allí después de lo que había pasado en Barcelona”, explica. Fue después de cenar cuando todo se precipitó. “Nos íbamos a la cama con el pequeño y oímos el grito de Allahu Akbar. Rápido bajamos persianas y por el hueco vimos que uno de ellos tenía la mano levantada y un chaleco, que entonces no sabíamos que era falso. Nos tiramos al suelo porque lo teníamos justo debajo del balcón y si detonaba la bomba se cargaba el edificio. Pasamos mucho miedo”, relata. “Sufría mucho por los niños, porque tuvieron pesadillas varios días, y yo también”, apunta.
«Siempre lo tengo presente, no pensé que pasaría aquí»
Eva. Leridana que vive en Cambrils
“Justo en el momento en el que los mossos abatieron a los terroristas estaba paseando en la otra punta de Cambrils, por lo que no me enteré hasta que llegué a casa, cuando la vecina me lo contó. Aun así, fue un día extraño, porque había mossos por todas partes después de lo ocurrido en las Rambles y nunca imaginé que pasaría esto en Cambrils horas después. Esa noche había mucha gente por la calle. Yo no dormí porque lo estaba siguiendo todo por televisión y la noche del día siguiente no salí de casa. Fue un agosto triste y a los días siguientes los turistas se fueron. A partir de septiembre, tras las vacaciones, tuvimos que volver a la normalidad y creo todos los vecinos lo teníamos en la cabeza, pero tampoco lo hablábamos mucho. Ahora, cinco años después, lo tengo muy presente, pero tampoco se me olvidan otros atentados. Siempre que paso por el lugar dónde los abatieron es imposible no pensar en ello”.