Adiós a la gran reina Isabel II
Fallece en Balmoral a los 96 años rodeada de sus hijos y nietos la monarca más longeva del Reino Unido
Isabel II de Inglaterra, la monarca más longeva de la historia del Reino Unido, murió ayer a los 96 años tras más de 70 de reinado en su residencia de verano en Escocia. “La reina ha muerto en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán esta noche en Balmoral y volverán a Londres mañana”, anunció la Casa Real británica en un escueto comunicado a media tarde. La monarca pasó sus últimas horas rodeada de sus hijos y nietos, que se desplazaron de urgencia hasta el palacio escocés después de que los médicos mostraran su preocupación por su delicado estado de salud. Horas antes de comunicarse el fallecimiento, se suspendió el tradicional cambio de guardia en Londres y la BBC solo emitía especiales sobre la monarca, datos que daban muestras de la gravedad de la situación, y cientos de personas comenzaron a congregarse ante el palacio de Buckingham.
El protocolo del funeral de Estado comenzó a planificarse en los años setenta del siglo pasado, la llamada Operación Puente de Londres, que ya se ha puesto en marcha. Los primeros actos fúnebres se celebrarán en Balmoral y el féretro real regresará al Palacio de Buckingham en el segundo día tras su fallecimiento. El funeral no se prevé hasta el ‘día 10’, en la Abadía de Westminster. La salud de la reina, que también era gobernadora suprema de la Iglesia Anglicana, comenzó a deteriorarse especialmentetras la muerte el 9 de abril de 2021 de su marido, el duque de Edimburgo, cuando este estaba cerca de cumplir cien años. Los problemas de movilidad le obligaron a suspender varios compromisos oficiales en los últimos meses, el más importante el inicio del curso político, en mayo, que por primera vez protagonizó su hijo, ahora el rey Calos III. Su último acto público lo protagonizó este lunes, cuando recibió a la ya nueva primera ministra, Liz Truss, en Balmoral para pedirle que formase Gobierno.
Nunca pensó en abdicar y se mantuvo firme en su voluntad de morir siendo monarca. Su fallecimiento supone el fin de un reinado sin precedentes en el que durante más de 70 años logró que la monarquía británica se adaptara a los nuevos tiempos sin perder su compostura. Superó guerras, la transición del imperialismo británico a la Commonwealth –asociación de 53 estados independientes que comparten lazos históricos con Londres– e incluso la entrada y salida de Reino Unido en la UE.