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Desmantelado un grupo criminal muy activo especializado en cometer robos en empresas y domicilios

El grupo tenía una gran movilidad territorial y cometían los robos en comarcas de la Cataluña Central, el entorno metropolitano, Girona y Tarragona

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Una operación conjunta entre Mossos d'Esquadra y Policía Nacional de Sant Adrià del Besòs ha desarticulado un grupo criminal dedicado a los delitos contra el patrimonio, tanto en domicilios como en empresas. Durante la investigación se han podido detener tres hombres por su pertenencia a grupo criminal, presuntamente autores de varios robos con fuerza en empresas y domicilios.

La investigación se inició en marzo de este año cuando, por una parte, agentes de la Policía Nacional detuvieron a una persona, hecho que permitió conocer cuatro robos con fuerza en empresas y, por otra parte, los Mossos d'Esquadra identificaron a una serie de personas como presuntos autores de varios robos con fuerza.

Los robos fueron inicialmente en empresas por medio de la tipología del butrón, que tenían características coincidentes con respecto al modus operandi utilizado. Por inteligencia policial los policías centraron la acción investigadora en un grupo criminal y constataron que mutaron su actividad de robos en empresas en otros cometidos en viviendas. Dado que sobre la acción de este grupo criminal había agentes, tanto de Mossos como de la Policía Nacional, se estableció un equipo conjunto de trabajo (ECI) para continuar las indagaciones.

En el transcurso de la investigación los policías han podido confirmar que de inicio los ladrones actuaban en empresas, generalmente situadas en polígonos industriales, con la técnica del butrón: accedían tanto por el techo como por pared, anulaban la alarma y buscaban sustraer el material propio de las empresas y en alguna ocasión también violentaron la caja fuerte.

Con respecto a los robos en viviendas los ladrones siempre actuaban en horario nocturno. Priorizaban las casas a cuatro vientos, ubicadas en urbanizaciones o lugares alejados de los centros urbanos. Escalaban los muros del jardín y buscaban ventanas o puertas para forzarlas y entrar en el interior del domicilio. Una vez dentro buscaban prendas de ropa o complementos, dispositivos electrónicos, joyas o dinero, con buena salida al mercado negro.

La investigación ha puesto de relieve que el grupo era muy activo y que tenía un alcance territorial considerable ya que operaban tanto en comarcas del entorno metropolitano de Barcelona como la Cataluña Central y a las demarcaciones de Tarragona o Girona. A estas alturas los investigadores los relacionan con al menos quince robos, cinco en empresas y diez en domicilios, en las siguientes localidades: Olesa de Montserrat, Sant Fruitós del Bages, Esparreguera, Navàs, Calafell, Sant Andreu de Llavaneres, Masnou, Creixell y Palamós.

Un grupo criminal con una actividad delincuencial continuada

El grupo tenía una estructura criminal más de funcionamiento cooperativo, más que de una estructura clásica con liderazgos marcados. De todos modos hay que destacar que actuaban con roles y funciones claramente definidas en base a las habilidades de cada uno de sus miembros. Tomaban medidas de autoprotección para tratar de dificultar la acción policial: ocultaban al máximo el rostro con tapabocas, pasamontañas o gorras y siempre utilizaban guantes. La investigación ha concluido que a la batería la formaban un grupo de seis hombres, de edades comprendidas entre los 30 y 56 años, aunque mientras han durado las indagaciones policiales su composición ha tenido alguna variación. Los agentes también han evidenciado que ha habido un cambio en su estrategia delictiva: han pasado de violentar empresas a través de butrones a cometer robos en viviendas.

El grupo era metódico con respecto al modus operandi: uno de los ladrones transportaba en coche, a otros integrantes del grupo hasta una zona próxima al lugar donde querían perpetrar el robo y los descargaba. Desde allí se desplazaban a pie hasta el punto de robo con el objetivo de tener la máxima discreción posible y no llamar la atención. El lugar de recogida una vez consumado el hecho coincidía con dónde los habían dejado previamente.

Como suele ser habitual en este perfil de delincuentes, los ladrones no tenían ninguna actividad laboral ni profesional remunerada ni ingresos de ningún tipo, a pesar del alto ritmo de vida que llevan, realidad que constata su actividad delictiva.

El 31 de agosto se hizo el dispositivo de explotación de la investigación con tres entradas judiciales, una en Sant Vicenç de Castellet y dos en l'Hospitalet de Llobregat. A cada uno de estos domicilios se pudo detener en uno de los ladrones. Pero la investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones.

Durante los cacheos los agentes localizaron varios indicios relacionados con la investigación: prendas de ropa que podrían llevar los investigados como gorras, camisetas, pantalones y zapatos; varias herramientas que usaban en los robos; 23 joyas como pendientes, pulseras, anillos o relojes; tabletas electrónicas, teléfonos móviles, cámaras fotográficas, televisores u ordenadores; aparte de dinero en efectivo. También se recuperaron dos vehículos de alta gama y un camión de alto tonelaje, que había sido sustraído.

Los detenidos pasaron a disposición judicial el 2 de septiembre y el juez decretó su libertad con cargos.

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