Sucesos
El ciclista herido en una cacería reprocha a los cazadores que no quieran comunicar las batidas: "Es antisocial"
Jiménez, que se recupera de las secuelas del tiro al Instituto Guttmann, pide una nueva ley de caza que proteja a los usuarios de la montaña
El ciclista herido de gravedad por el tiro de un cazador en una batida de seglares en enero en el Maresme sigue con estupefacción el conflicto entre las asociaciones de cazadores y el Gobierno en el inicio de la temporada de caza. Para Francesc Jiménez, que los cazadores se nieguen a comunicar las batidas previamente es indicativo de una "forma de pensar y actuar arcaica y antisocial". Los cazadores "no tienen derecho a actuar como si fueran los únicos usuarios de la montaña", defiende. En este sentido, el hombre, que ha quedado en silla de ruedas de por vida, reclama a las instituciones que garanticen bosques "seguros para todo el mundo". Jiménez habla en una solicitud a la comisión de peticiones del Parlamento para que modifique la actual Ley de caza de 1970.
Jiménez considera que Catalunya tiene una grave "carencia normativa" en relación a la caza porque la ley vigente "se fundamentaba en una realidad muy diferente del actual". El riesgo en el bosque, detalla, se ha incrementado por el incremento notable de actividades al aire libre sin que eso se haya acompañado de medidas para garantizar la seguridad de las personas.
El ciclista, que se recupera de las secuelas del tiro al Instituto Guttmann, admite que las batidas están "justificadas" por los problemas asociados a los jabalíes, eso no tiene que excluir que esta actividad se haga "con las medidas de seguridad imprescindibles" para proteger a todos los usuarios de la montaña.
En este sentido, Jimenez denuncia que el actual marco normativo es excesivamente "laxe" y denuncia que las batidas no estén coordinadas ni supervisadas por ninguna autoridad pública. "Dependen sólo de un particular que, al mismo tiempo, es parte interesada en tanto que cazador", ha lanzado.
Con respecto a la petición de los cazadores de no notificar las batidas en terrenos privados -la mayoría de los bosques lo son- Jiménez opina que la titularidad de los terrenos "no da derecho a desarrollar la actividad sin medidas de seguridad". El hombre entiende que el derecho de propiedad no es "absoluto" y recuerda que el uso social del bosque es "un hecho real, cotidiano e inevitable que hay que asumir".
En este sentido, el ciclista hace una serie de propuestas a la comisión de peticiones del Parlamento para que la futura Ley de caza pueda recoger consideraciones como el hecho de limitar las batidas y prohibirlas en fines de semana y festivos escolares o delimitar el perímetro de las batidas como se hace en otras actividades como las carreras.
Otras propuestas que pueden generar controversia son la realización de controles de alcoholemia a los cazadores, la actualización del régimen de autorizaciones de caza para establecer unos estándares más rigurosos, la creación de un registro de accidentes de caza o la promoción de otros métodos para combatir la superpoblación de jabalíes.
En definitiva, Jiménez reclama al Parlamento que resuelva "con urgencia" una cuestión que considera "de indudable interés general". También pide a la administración que plantee la problemática desde una visión global: "Tienen en cuenta los interesos de los cazadores y de los campesinos y ganaderos, pero se olvidan de los otros usuarios del bosque".