ERC y Junts liman asperezas para tratar de salvar la crisis en el Govern

ERC y Junts trataron ayer de encauzar las diferencias que llevan semanas exhibiendo tanto a nivel de partido como dentro de la Generalitat con una “tensa” reunión de alto nivel celebrada en el Palau de Pedralbes. El encuentro, que llega tras las discrepancias por la Diada y la amenaza de los juntistas de abandonar la coalición, estuvo presidido por Pere Aragonès y Laura Borràs. Al mismo asistieron la plana mayor del Govern, así como representantes de ambos partidos.

Según fuentes conocedoras, el acto fue “duro y exigente” y en él Esquerra reclamó a Junts que deje de “desestabilizar” el Govern y le exigió lealtad. Asimismo, le pidió que aclare cuál es la estrategia que quiere seguir para lograr la independencia, después de meses de discrepancias sobre esta cuestión. Por su parte, el partido que preside Borràs, reclamó a su socio de coalición que analice qué más puede hacerse para cumplir el pacto de investidura.A pesar de constatar las diferencias, ambas formaciones y los miembros del Executiu se emplazaron a trabajar para lograr que se creen las condiciones mínimas de confianza para hacer avanzar el proceso independentista.En el cónclave se trató también la propuesta de recuperar las reuniones entre los tres partidos –ERC, Junts y CUP–y las entidades independentistas, tal y como consta en el acuerdo de investidura.

Aunque sí que se han ido celebrando algunos encuentros en este sentido, hace muchos meses que se dejaron de realizar por la incapacidad de lograr consensos. Los republicanos ya han avanzado que apuestan por ampliar este espacio de coordinación estratégica a otros actores del soberanismo, además de defender el sentido de la mesa de diálogo. A su vez, Junts pone énfasis en coordinar la acción de los grupos parlamentarios independentistas en Madrid, al tiempo que critica que no haya avances en la negociación con el Estado.

Aragonès: “Ningún conseller me ha dicho que quiera una DUI”

nEl president de la Generalitat, Pere Aragonès, reafirmó ayer su negativa a declarar la independencia en el segundo trimestre de 2023, como reclama la ANC, y aseguró que ningún miembro de su Executiu le ha dicho que esté a favor de esa posibilidad. Sus declaraciones responden al vicepresident del Govern, Jordi Puigneró, que defendió que el plan de la entidad se debe valorar y que el rechazo al mismo que expresó Aragonès, no representaban a todo el Govern. Después de esto, Puigneró matizó en Prullans sus palabras afirmando que el hecho de escuchar la propuesta no significa que sea la unica válida.