PANORAMA
Último adiós a la reina Isabel II
Las casas reales europeas, mandatarios de todo el mundo y miles de ciudadanos la despiden en el funeral de Estado || Felipe VI y su padre, juntos por primera vez en dos años debido al protocolo
Reino Unido despidió ayer a la reina Isabel II, su monarca durante 70 años, con una ceremonia de solemnidad sobrecogedora que evidenció que nadie maneja mejor los ritos y la pompa que la monarquía británica. El funeral de Estado celebrado en la abadía de Westminster por la longeva soberana, que falleció el pasado día 8 a los 96 años, puso el broche a diez días de luto nacional con una puesta en escena majestuosa que se esperaba fuera seguida por 4.000 millones de personas en todo el mundo. El féretro recubierto con el estandarte real abandonó a las 9.45, con puntualidad británica, el palacio de Westminster en dirección a la abadía del mismo nombre después de una vigilia de cuatro días durante la cual hasta un millón de personas presentaron sus respetos a la monarca.
Allí, en el mismo edificio donde contrajo matrimonio con el príncipe Felipe y donde fue coronada en 1953, la esperaban 2.000 invitados, entre ellos representantes de todas las casas reales europeas, como los reyes Felipe VI y Letizia, que por protocolo debieron sentarse junto a Juan Carlos I y Sofía. También 500 presidentes y jefes de Estado, como el de EEUU, Joe Biden, que pudo llegar hasta la abadía en su vehículo oficial. La mayor parte de los invitados se desplazaron en autobuses fletados por la familia real.Con dos minutos de silencio seguidos en todo el país y un lamento interpretado por un gaitero escocés, petición expresa de Isabel II, culminó una ceremonia que había sido milimétricamente ensayada y coreografiada.
El cortejo fúnebre partió poco después del mediodía hacia el castillo de Windsor al son del Big Ben, que tocó a intervalos de un minuto durante la procesión. Arrastrada con cuerdas por 142 miembros de la Marina Real, un carro de cañón transportó los restos mortales, seguido por sus cuatro hijos, con un emocionado rey Carlos III a la cabeza. También a la cola y con los ojos vidriosos iban dos de sus nietos, Guillermo y Enrique, al que se le privó de nuevo, al igual que a su tío el príncipe Andrés, de portar uniforme militar.
Pese a que la Commonwealth atraviesa por momentos complicados, eso no impidió que jinetes de Policía Montada del Canadá abriesen el cortejo. Tras ellos, diferentes cuerpos militares desfilaron al son de las gaitas de regimientos escoceses e irlandeses. Una tarjeta escrita a mano sobresalía encima del féretro, entre la corona imperial, el orbe real y el cetro de oro: “En memoria amorosa y devota”.
Firmado: “Charles R”, se leía. El recorrido fue seguido por más de dos millones de británicos, algunos visiblemente afectados, que se echaron a la calle para despedir a la reina. Pese al gentío, el silencio se adueñó de las calles al paso de la comitiva.
Tras pasar por delante del Palacio de Buckingham por última vez, el cuerpo de Isabel II llegó a Windsor, donde reposará para siempre junto a su marido.
Estaba previsto que unos 4.000 millones de personas en todo el mundo siguieran el funeral de la monarca
El rey Carlos III y sus hijos se mostraron visiblemente emocionados durante los actos de homenaje
La capilla de San Jorge, en Windsor, albergó el último homenaje público a Isabel II en presencia de unos 800 invitados que despidieron a la difunta monarca en el mismo lugar donde se celebró hace algo más de un año el funeral por su marido, el príncipe Felipe. El féretro entró en el templo seguido de nuevo por los principales miembros de la familia real, entre ellos el rey Carlos III y su esposa, la reina consorte Camila, después de recorrer a pie los 5 kilómetros del The Long Walk, el paseo que lleva hasta el castillo. El deán de Windsor presidió una ceremonia puramente religiosa en la que participó el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Durante el acto, se retiraron los símbolos de la monarquía depositados sobre el féretro–la corona imperial, el orbe y el cetro–. Este gesto marcó el fin de esta segunda era isabelina. Tras el oficio, al que asistieron Felipe VI y la reina Sofía, pero no Letizia, que voló a Nueva York, y Juan Carlos I, que declinó la invitación, la familia real despidió a la monarca en un acto íntimo tras el cual Isabel II fue enterrada en la cripta junto a su marido, su padre, Jorge VI, la Reina Madre y las cenizas de su hermana Margarita.Los eventos por su muerte debían concluir la medianoche de ayer con un gaitero y el himno nacional: Good save the King.
Pantallas gigantes y reuniones en bares para seguir el solemne acto
Los británicos y el mundo entero es consciente de que el funeral de Isabel II marca también el fin de una era que se ha cerrado después de 70 años. El funeral de Estado ofrecido en su honor fue retransmitido en directo y visto desde todas partes del mundo. En Londres, miles de personas se concentraron el Hyde Park para ver en una pantalla gigante el acto para despedir a su reina.
En la capital de Reino Unido se habilitaron también otras zonas como cines. El Gobierno decretó el día como festivo, por lo que muchos optaron por reunirse con amigos o familiares para ver el funeral.En otras zonas de la Commonweath e incluso en EEUU muchas personas se reunieron en bares para seguir el solemne evento.
Un funeral sin Putin y con la mujer de Zelensky
Olena Zelenska, la esposa del líder de Ucrania, Volodímir Zelenski, fue una de las dirigentes mundiales que acudieron al funeral en el que no estuvo el presidente ruso, Valdímir Putin, que no fue invitado.
Tampoco asistieron el presidente turco, Recep Tayyip Erdo?an, que envió a un representante, ni el príncipe Saudí, Mohamed bin Salmán.
Siete ministros y líderes de la Commonwealth
La clase política británica estuvo representada en el funeral por la primera ministra, Liz Truss, y los ministros de su Gobierno, pero no faltaron los antiguos jefes del Ejecutivo del país, como los laboristas Tony Blair y Gordon Brown, y los conservadores John Major, Theresa May, David Cameron y Boris Johnson. También asistieron el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el de Australia, Anthony Albanese, y de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, cuyos países pertenecen a la Mancomunidad Británica de Naciones.
Cierre del espacio aéreo para un silencio sepulcral
El aeropuerto londinense de Heathrow paró su actividad aérea reteniendo vuelos durante el tiempo que duró el acto fúnebre celebrado en la abadía de Westminster para respetar el silencio que se guardó en él.
Homenaje a la soberana a través de las joyas
La princesa de Gales, Kate Middleton, homenajeó a la reina luciendo una gargantilla de perlas y diamantes de cuatro hilos, confeccionada con perlas que el gobierno japonés le regaló a Isabel II en los años 70.
Meghan Markle, rompe a llorar en la ceremonia
La duquesa de Sussex, Meghan Markle, cuyo distanciamiento y el de su marido de la Casa Real levantó ampollas, rompió a llorar ayer durante la ceremonia en Windsor.