TRIBUNALES TRAGEDIA FERROVIARIA
El maquinista de Angrois alega que hubo falta de seguridad y señalización
Dice que la llamada del interventor lo despistó
Francisco José Garzón, maquinista del tren accidentado en 2013 en Santiago con un saldo de 80 muertos y casi un centenar y medio de heridos, pidió ayer entre lágrimas perdón a las víctimas en su declaración en el juicio y centró su defensa en una seguridad que entonces, dijo, veía deficiente. “Fue un accidente y no pude evitarlo”, afirmó en el edificio de la Ciudad de la Cultura que acoge la vista oral, donde hizo especial hincapié en que con las medidas que hay ahora en la línea Santiago-Ourense, una tragedia ferroviaria como la vivida jamás se hubiese desencadenado, ni incluso haciendo lo mismo que él, yendo al doble de la velocidad máxima permitida. Garzón, que durante su interrogatorio no habló de su despiste tras la llamada del interventor de a bordo, sí que admitió que tras esa comunicación se desubicó y creyó que estaba algo antes del giro donde impactó violentamente contra el muro de hormigón.
“La curva de A Grandeira no se puede ver con antelación suficiente. Yo frené antes de la señal de la curva, pero fue prácticamente imposible”, aseguró, antes de acentuar que no había señalización previa que obligase a ir aminorando. El maquinista también afirmó no haber recibido tampoco formación específica sobre la circulación con alta velocidad por esa vía ni preparación alguna para el uso del móvil corporativo.
Tras su declaración estaba previsto que compareciera el otro acusado, Andrés Cortabitarte, exdirector de seguridad de Adif. Pero al alegar su letrado que no estaba en condiciones por la leve agresión sufrida el miércoles por el padre de una de las víctimas, quedó aplazada al día 13. A ambos se les imputan 80 fallecimientos por imprudencia grave, 145 delitos de lesiones y un delito de daños.