ENTREVISTA POLÍTICA
Marta Vilalta: «Con apoyo internacional, hay margen para un referéndum»
El President Aragonès confía en que Junts, ya desde la oposición, apoye el proyecto de presupuestos. ¿Tienen algún indicador que confirme esta posibilidad?
Comienza una nueva etapa en la Generalitat con un gobierno monocolor de ERC tras la marcha de Junts. Los presupuestos son una de las prioridades y la apuesta es aprobarlos con Junts, porque los elaboró el hasta ahora conseller Jaume Giró. Hace dos semanas eran buenos y ahora siguen siéndolo. A partir de ahí, hay que trabajar también con la CUP y con los Comuns.
No nombra al PSC.
Con el PSC no hay un proyceto compartido de país, ni en algo tan fundamental como el derecho a decidir y que acabe la represión, lo que dificulta que compartamos presupuestos.
¿Hay un veto al PSC?
Mientras no esté comprometido con la desjudicialización, es difícil compartir un proyecto de políticas concretas porque va todo unido. Creemos que podemos sumar con quienes compartimos estas prioridades: Junts, la CUP y los Comuns.
¿Se puede dar la paradoja de que ERC apruebe el presupuesto del PSOE en Madrid y el PSC no lo apoye en el Parlament?
Veremos cómo va cada escenario. Si en Madrid negociamos, influirá cómo avancen los compromisos adquiridos por el Gobierno del Estado en la resolución del conflicto político, la desjudicialización, el apoyo explícito al territorio con inversión. El Gobierno está muy lejos de cumplir estos compromisos y también lo está el apoyo de ERC. La clave es que se pongan las pilas y cumplan.
¿Reformando le ley (el delito de sedición)?
Hay que avanzar en todos los aspectos. En cualquier caso, cada presupuesto es independiente y en Catalunya, si hubiera que ir a una prórroga, hay instrumentos para hacerlo.
¿Cómo se plantean el resto de la legislatura: con acuerdos puntuales o más estabilidad?
De entrada, hay que destacar la decisión del President de no llevar al país de nuevo a una situación de interinidad. Hacerlo sería irresponsable. Y si Junts ha decidido abandonar el Govern, nosotros no. Haremos lo que hemos hecho hasta ahora: intentar llegar a acuerdos. Tampoco con Junts teníamos mayoría absoluta.
Pero eran 65, y ahora, 33.
Pero logramos varios acuerdos, uno de ellos, con un amplio apoyo por la lengua catalana. Hay retos enormes (precios, energía) y hace falta estabilidad.
¿Qué es prioritario, la autodeterminación o la crisis social?
Son dos caras de la misma moneda. Aunque Junts ha querido irse en este contexto, nosotros no abandonamos a la ciudadanía. Y no hay que dejar el debate de la república catalana.
¿Y cuál es la hoja de ruta pues?
Defendemos la resolución del conflicto político por la vía de la negociación. Este otoño tenemos una mesa de negociación con un acuerdo previo de desjudicialización y agenda atirrepresiva. Confiamos en ver frutos en los próximos meses. En sí misma, la mesa de negociación ya es un reconocimiento del conflicto político y de las dos partes, lo que es una inversión en legitimidad a nivel interno e internacional. A nivel internacional ha abierto puertas.
¿Hasta que Madrid no la acepte, no habrá consulta?
Intentamos que haya un referéndum pactado. El acuerdo de claridad del President Aragonès va en esta línea. Un referéndum, al final, es voluntad política y democracia plena. Hay que insistir porque hay margen, sobre todo, con acompañamiento internacional.
¿Hay alguna fecha?
No es tan importante poner fecha como ganar apoyo, fuerza y unidad estratégica para presionar al Estado desde la calle, las instituciones y la comunidad internacional.
¿Sin apoyo internacional no será posible?
Es una parte imprescindible y necesaria. Se está trabajando desde hace años y hemos obtenido algunas victorias, como el informe Cilevics o el working group de detenciones arbitrarias de la ONU en que se pedía también la libertad de los presos políticos. Hay un grupo de trabajo en el Parlamento europeo por un acuerdo de claridad que pueda concretar cómo se pueden hacer referéndums en territorios que se quieren independizar.
Volviendo a Catalunya, ¿puede salvarse en el Parlament la relación con Junts?
Sin duda. Ha habido mucho ruido, pero como socios de Govern hasta hace dos semanas habíamos anunciado 300 millones para afrontar la crisis de precios. Tampoco hemos podido poner énfasis en la revolución verde o en la transformación de la educación. Junts tendría que poder ser protagonista de todas las políticas que ha ayudado a hacer. Quizás ahora que ya ha clarificado su situación podamos tener una mejor relación.
Todo ello pasa a siete meses de las elecciones municipales. ¿El ambiente preelectoral ayuda?
Tendría que ser compatible. El país no puede pararse.
La exigencia de una cuestión de confianza no hace prever un apoyo de Junts al presupuesto.
Y Junts tendrá que explicar por qué no los apoya.
Aunque la ruptura del Govern no afecte a pactos como el de la Paeria (ERC-Junts), ¿puede hacerlos irrepetibles en 2023?
Es una buena pregunta para Junts. No han hecho ninguna consulta sobre si deben salir de la Diputación de Barcelona, donde gobiernan con el PSC. Veremos los apoyos de la ciudadanía a cada candidatura. Nosotros priorizaremos los pactos que ayuden en el día a día a la ciudadanía y avancen hacia la resolución del conflicto.
¿Hasta dónde llegará el esfuerzo para negociar en el Parlament?
No hay una fecha clave. Será cuando haya una parálisis.
¿Qué pasará entonces?
Habrá que ver. Ahora no hay sobre la mesa ningún adelanto electoral. Pero sería ante el supuesto bloqueo de todas las demás fuerzas políticas, a las que pedimos responsabilidad.
¿Podría darse un nuevo tripartito?
No está sobre la mesa. El PSC que en 2012 defendía el derecho a decidir ya no existe.