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INFRAESTRUCTURAS TRANSPORTE

La AP-7 estará limitada a cien kilómetros por hora en dos tramos

También se aumentarán los radares y los controles para reducir los accidentes en la autopista || Concentra el 17% de siniestros mortales en las carreteras catalanas

Retenciones durante el puente de Todos los Santos en la AP-7 a la altura de Cerdanyola del Vallès.

Retenciones durante el puente de Todos los Santos en la AP-7 a la altura de Cerdanyola del Vallès.ACN

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La velocidad máxima se reducirá a 100 kilómetros por hora en dos tramos de la AP-7, autopista en la que se colocarán más radares y controles y para reducir la siniestralidad y agilizar la circulación. Así lo han anunciado el Servei Català de Trànsit y el ministerio de Transportes, que ayer presentaron un plan de actuación en cuatro de los tramos más conflictivos de la vía, que suman un total de 82 kilómetros. El principal punto en que se actuará corresponde a los 29 kilómetros de autopista paralelos a la B-30, en el Vallès, donde se limitará la velocidad máxima permitida a 100 kilómetros por hora, aunque en algunos tramos se podrá rebajar el tope.

También se limitará la velocidad a 100 kilómetros por hora entre Calafat y l’Ampolla, y entre Altafulla y Constantí se colocará un radar de tramo para garantizar que no se superen los 120 kilómetros por hora. Mientras este detector no esté operativo, los Mossos d’Esquadra intensificarán los controles en este área. En la ronda de Girona, uno de los cuatro carriles se convertirá en exclusivo para facilitar la entrada y salida a la autopista.

La velocidad en este carril estará limitada a 80 por hora.La previsión es que todos estos cambios entren en vigor en un plazo no superior a dos meses, aunque no se ha concretado una fecha. Por otra parte, la Generalitat y el ministerio, que aseguran que mantienen una comunicación “permanente”, evaluarán las medidas en unos meses para comprobar su eficacia y, si hace falta, hacer modificaciones o diseñar nuevos mecanismos de control de tráfico.El director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, y el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, explicaron que el escenario en la AP-7 ha cambiado significativamente tras el fin de los peajes. Detallaron que el tráfico se ha incrementado un 40% y, en el caso de vehículos pesados, en un 30%.

Esto ha contribuido al aumento de la congestión y de la siniestralidad en la autopista, que ha concentrado el 17% de las víctimas mortales –cifra que asciende a 23 en 2022– en lo que va de año en la red de carreteras catalanas. También acumula 45 heridos de gravedad.

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