Roma despide a Benedicto XVI

El papa emérito, Benedicto XVI, falleció el sábado a los 95 años de edad. La preocupación por su estado de salud surgió el miércoles de la semana pasada, cuando su sucesor, Francisco, reconoció que estaba “muy enfermo” y pidió “una oración especial” a los fieles que asistían a su audiencia general. Finalmente, Benedicto XVI murió en su dormitorio del monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los muros del Vaticano, donde residía tras su histórica renuncia al pontificado en 2013.

A pesar de la gravedad de su situación, en ningún momento fue traslado a ningún hospital aunque la atención médica que ha recibido en todo momento por su equipo médico era constante. La últimas palabras del papa emérito en su lecho de muerte, antes de morir, fueron “Jesús, te amo”, en alemán. Las condolencias por el fallecimiento del papa emérito llegaron desde todo el mundo (ver claves) y ahora Roma se prepara para su despedida.

La capital italiana espera que unas 35.000 personas acudan a velar los restos mortales y unas 60.000 acudan el jueves a la ciudad eterna, cuando el Papa Francisco presidirá el funeral que se celebrará en la plaza San Pedro.Benedicto XVI será enterrado sin vestir el palio, que se colocará en el ataúd, como se hace para los obispos eméritos, tras un funeral “solemne, pero sobrio”, tal y como señaló el Vaticano, al que solo asistirán oficialmente las delegaciones de Gobierno y Presidencia de Italia y Alemania. Los embajadores ante la Santa Sede han sido invitados oficialmente a la misa. Si algún jefe de Estado o de Gobierno quiere asistir al funeral de Benedicto XVI podrá hacerlo, pero lo hará a título personal.La última vez que un papa renunció al pontificado fue en 1415, cuando Gregorio XII dio un paso al lado tras la huella de Celestino V, el primer obispo de Roma que abandonó la sede petrina en 1294.

Ratzinger, el primero en renunciar al cargo en 600 años

El 28 de febrero de 2013, entre gritos de “Viva el Papa” y aplausos, concluía el Pontificado de Benedicto XVI tras anunciar su renuncia unas semanas antes por falta de fuerzas y por el bien de la Iglesia. Se convertía entonces en el primer Papa que renunciaba en 600 años. “No abandono la cruz”, precisó en su última audiencia, aunque días antes había indicado que permanecería “oculto para el mundo”.

Fallecido a los 95 años, finalmente ha pasado más tiempo como emérito que como pontífice en activo. Joseph Ratzinger (1927, Marktl, Alemania) se ordenó sacerdote en 1951 y en 1977 fue nombrado arzobispo de Múnich y creado cardenal por Pablo VI. El 19 de abril de 2005 fue elegido Papa y se convirtió en el sucesor de Juan Pablo II.

Tal y como indicó en su última audiencia general, la barca de San Pedro, es decir, la Iglesia, pasó durante sus ocho años de Pontificado por “días de luz” en los que las aguas estaban tranquilas, como podrían ser las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia y de Madrid, y otros en que la barca tuvo que atravesar “aguas agitadas”, como serían el caso Vatileaks o la lucha contra los abusos sexuales. Concretamente, el escándalo de la filtración de documentos reservados, que concluyó con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele, fue el último viaje entre aguas revueltas en las que tuvo que navegar el Pontífice, un caso que comenzó cuando aparecieron publicados documentos privados del Papa y por lo que el Vaticano abrió una investigación criminal en 2012. El papa Benedicto XVI tuvo una relación difícil con los grupos de católicos y teólogos alemanes que exigen reformas en la iglesia.