Enrique provoca la mayor crisis en décadas en la Casa Real británica

El príncipe Enrique ha vuelto a ser el protagonista de una nueva polémica dentro de la familia real británica. La filtración de diversos pasajes de sus memorias, que se publicarán de manera oficial a nivel mundial el próximo martes, lleva ya varios días levantando ampollas dentro de la Casa de los Windsor y han arrastrado a la monarquía británica a su mayor crisis en décadas. Una de las últimas polémicas en salir a la luz es que en el libro, que en España portará el título En la sombra, el príncipe afirma que su padre, el rey Carlos III, se sentía celoso –antes de acceder al trono– ante la posibilidad de que sus nueras, Meghan y Catalina, le robaran protagonismo.

De acuerdo con la información que publicó la prensa británica, que se ha hecho ya con copias del volumen, el entonces príncipe de Gales se mostró reacio a apoyar económicamente a los duques de Sussex e incluso a los de Cambridge, Guillermo–ahora primero en la línea de sucesión– y Catalina. Enrique, que actualmente vive en EEUU, explica que, antes de casarse con Meghan, su padre le preguntó si ella seguiría trabajando como actriz y, cuando él le dijo que no porque seguramente se trasladaría a Reino Unido, el hoy rey le advirtió de que “no había dinero de sobra” para mantenerla.En la biografía, el príncipe, también confiesa que mató a 25 talibanes cuando prestó servicio en Afganistán como piloto de helicóptero entre 2012 y 2013, pero afirma que en aquel momento lo vio como justificable. Esta afirmación generó ayer la ira de los talibanes que tacharon al príncipe de “asesino”.

Mientras que los medios de Reino Unido cargaron contra él por “poner en peligro al Ejército británico” con su confesión. A parte de esto, según las filtraciones en el libro Enrique cuenta que Guillermo le agredió físicamente tras mantener una discusión sobre Meghan; que perdió la virginidad a los 17 años con una mujer mayor fuera de un pub; que consumió cocaína a los 17 o que se le congeló el pene en un viaje a la Antártida. Además, explica que Carlos III ni siquiera le abrazó cuando le comunicó la muerte de su madre o que fueron Guillermo y Catalina los que le animaron a ponerse un disfraz de nazi en una fiesta en 2005.