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SURAMÉRICA CRISIS POLÍTICA

Lula consigue desactivar el asalto a la democracia de los bolsonaristas

Durante unas horas, los seguidores del líder ultra tomaron las sedes del centro de poder || Más de un millar de detenidos tras el fallido intento de golpe de Estado

Soldados trabajaron ayer en el desmantelamiento de la acampada bolsonarista en la capital.

Soldados trabajaron ayer en el desmantelamiento de la acampada bolsonarista en la capital.EFE

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Brasilia amaneció ayer bajo control pero con rastros de destrucción en varias áreas del centro del poder de la capital brasileña, tras el violento asalto del domingo de miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro contra las sedes del Gobierno, del Parlamento y del Tribunal Supremo, una crisis política que no se veía en el país desde el golpe de Estado de 1964 y que se produce tan solo una semana después de la investidura del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. Una de las primeras acciones de la Policía fue el desmantelamiento del campamento que los bolsonaristas habían montado desde las elecciones presidenciales de octubre frente al cuartel general del Ejército para presionar por un golpe militar que impidiera el regreso de Lula al poder y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo siendo detenidas unas 1.200 personas.Junto a estas 1.200 personas otras 300 fueron detenidas durante los asaltos, de las cuales poco más de 200 permanecen en prisión. La Policía informó que se han identificado al menos una quincena de delitos relacionados con lo ocurrido el asalto del domingo contra las sedes oficiales, todos ellas ubicadas en la conocida como plaza de los Tres Poderes.

Entre los delitos están los de golpe de Estado, lesiones, desórdenes públicos, destrozos de bienes del Estado, posesión de armas y robo, después de que se confirmara que algunos de los asaltantes atacó a periodistas que cubrían lo sucedido para hacerse con sus equipos.Vestidos con banderas de Brasil y camisetas con los colores amarillo y verde, los seguidores de Bolsonaro viajaron el domingo hasta Brasilia en autobús desde otros puntos del país para unirse a las concentraciones que pedían un golpe militar. Por su parte, Lula da Silva se vio obligado a decretar la intervención federal en Brasilia para establecer el orden y ordenó el cierre del centro de la capital durante 24 horas, incluida la avenida principal en la que se encuentran los edificios gubernamentales.En los más de dos meses que han pasado desde los comicios presidenciales, los grupos de bolsonaristas han protagonizado hechos violentos, entre ellos un intento frustrado hace dos semanas de colocar un explosivo en las inmediaciones del aeropuerto de la capital brasileña. Los miembros de estos grupos no reconocen el resultado de los comicios que ganó Lula sobre Bolsonaro por una estrecha diferencia.El expresidente brasileño, quien se encuentra en EEUU, reprobó el domingo de forma tibia el intento de golpe de Estado.

Ayer fue ingresado en un hospital del estado de Florida tras quejarse de fuertes dolores abdominales.El presidente de EEUU, Joe Biden; el de México, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, condenaron los “ataques” a diferentes “instituciones democráticas” de Brasil en un comunicado conjunto en la víspera de la Cumbre de Líderes de América del Norte que los reunirá en Ciudad de México.Mientras, el expresidente de EEUU Donald Trump, quien siempre ha expresado sus simpatías por Bolsonaro, guardó un llamativo silencio sobre el ataque, muy similar a la toma del Capitolio por una turba de trumpistas ocurrida el 6 de enero de 2021 en Washington.

Bronca entre el PP y el Gobierno por el Código Penal

El nuevo portavoz de campaña el PP, Borja Sémper, expresó ayer el apoyo de su partido al presidente de Brasil elegido en las urnas, Luiz Ignazio Lula da Silva, y recalcó que el intento del subvertir el orden constitucional debe ser denunciado con “contundencia”. Eso sí, recalcó que el presidente de Brasil no reduciría las penas a los asaltantes.

El domingo, la portavoz en el Congreso del PP, Cuca Gamarra afirmaba tras el asalto en Brasil, que en España sería “un simple desorden público”, en referencia a los cambios introducidos por el Gobierno central en el Código Penal y la eliminación del delito de sedición. La ministra de Educación y portavoz deel PSOE, Pilar Alegría, señaló que si los actos en Brasil hubieran ocurrido en España, constituirían un delito de rebelión, un tipo penal que no se ha modificado en el Código Penal. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, vio “muy inquietante” que lo primero que tuviera que decir el PP sobre lo ocurrido el Brasil fuera un tuit criticando a Pedro Sánchez.Desde Podemos, Pablo Fernández, fue más allá afirmando que el “golpe judicial” que perpetra el PP al bloquear la renovación del CGPJ es igualmente grave que el asalto bolsonarista.

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