SUCESOS CRIMEN
El primer sospechoso de matar a Jubany, investigado
El juez reabre la causa contra él tras archivarla en 2005 || A raíz de nuevos restos de ADN hallados en un jersey de la víctima
El Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell ha ordenado volver a investigar al primer sospechoso del asesinato de Helena Jubany en 2001, Santi Laiglesia, después de que el año pasado aparecieran restos de ADN de perfil masculino en un jersey que portaba la víctima. También solicita tomarle, de forma voluntaria o sin su consentimiento, una muestra de ADN para cotejarla, tras descartar que los restos fueran del actual investigado, Xavi Jiménez, que era compañero de Jubany en la Unió Excursionista de Sabadell y que fue imputado al considerar que fue el autor de los anónimos que recibió la víctima días antes del crimen. Laiglesia fue el principal investigado en la primera causa por el asesinato de Jubany, que quedó archivada en 2005 sin resolverse y que este juzgado reabrió en 2020 tras recibir nuevas pruebas aportadas por la familia.
El hombre, pareja de Muntsa Careta, la amiga de Jubany encarcelada por el crimen y que se suicidó en prisión antes del juicio, era el inquilino del inmueble donde la bibliotecaria de Mataró fue hallada muerta.El auto explica que reabrir la investigación del primer sospechoso debe permitir “hacer avanzar la investigación más allá del punto en el que se encontraba en octubre de 2005 y ha de suministrar un elemento decisivo de cara a poder acreditar la participación culpable en el delito u otro que vincule de forma directa a Laiglesia”. Asimismo, señala que “el hallazgo de material genético ajeno al de Helena, en los vestigios recogidos en la escena del crimen y que portaba la víctima, constituye un material probatorio nuevo y distinto al que existía en el momento de dictarse el sobreseimiento provisional”.A pesar de que las muestras de ADN no coinciden con el perfil genético de Jiménez, para el juez prevalecen las sospechas de que pudo participar en el homicidio. Y es que tras recibir un informe pericial lingüístico de peritos especialistas sobre la escritura de los anónimos que recibió la joven antes de morir, concluye que existen indicios para atribuírselos.