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Los daños de la libertad de prensa en Ucrania

Joe Biden, ayer junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda, en Varsovia.

Joe Biden, ayer junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda, en Varsovia.EFE

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Ocho periodistas asesinados, 26 atacados deliberadamente, otros 19 heridos. Dieciocho ataques contra torres de televisión y cuatro contra repetidores de telefonía móvil. Siete denuncias de crímenes de guerra, 42 ciberdelitos contra medios de comunicación y 217 medios cerrados.

Estas son las cifras de los daños infligidos a la libertad de prensa presentada por Reporteros sin Fronteras (RSF) y su aliado en Kyiv, el Institute of Mass Information, cuando se cumple un año de la invasión de Rusia. La cobertura de la guerra de Ucrania es una de las más amplias que se ha hecho en las últimas décadas. Un total de 12.000 periodistas ucranianos y extranjeros se han acreditado ante el ministerio de Defensa ucraniano para cubrir el conflicto armado que empezó en 2014, pero que quedó diluido en el tiempo hasta el 24 de febrero del año pasado, cuando Rusia atacó y ocupó una parte del país que preside Volodímir Zelenski.

Algunos solo han pasado unos días en el país. Otros, en cambio, llevan meses arriesgándose a cubrir un conflicto muy complejo con diferentes frentes abiertos y el acceso, en general, muy restringido por el Gobierno de Ucrania y prácticamente prohibido por el ruso. En las zonas ocupadas por Rusia la situación “es especialmente alarmante”, describe RSF.La mayoría de los ocho periodistas muertos han sido alcanzados por disparos.

Algunos de forma intencionada, como en el caso del periodista francés Frédéric Leclerc-Imhoff, cuyo vehículo fue deliberadamente atacado por las tropas rusas. También el fotorreportero y fixer ucraniano Maks Levin, fue ejecutado a sangre fría. Otros casos siguen sin esclarecerse, como el de documentalista lituano Mantas Kvedaravicius, cuyo cuerpo fue hallado sin vida en Mariúpol.Diecinueve periodistas ucranianos y extranjeros han resultado heridos, cuatro de ellos de gravedad.

Fueron víctimas de bombardeos rusos o alcanzados por disparos de bala de tiradores no identificados, como los daneses Stefan Weichert y Emil Filtenborg Mikkelsen. La mitad de los enviados que han vivido incidentes cercanos fueron objetivos deliberados, según el informe de RSF.Los ataques contra infraestructuras civiles se han intensificado durante todo el año. Millones de ucranianos han vivido continuos cortes de luz, gas, agua e internet en los meses más duros del invierno.

En los primeros días de marzo de 2022, al principio de la invasión rusa, empezaron los ataques contra torres de televisión, hasta cuantificarse 16. También se han producido cuatro ataques contra repetidores y torres de telefonía móvil. El Ejército ruso impidió el acceso a la información de los habitantes de las zonas ocupadas por sus militares.

RSF ha interpuesto “siete denuncias por crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional (CPI) y ante la Fiscalía General de Ucrania, por 44 ataques cometidos en suelo ucraniano que afectan a más de 100 periodistas y a 11 torres o infraestructuras de radio y televisión”. Según la organización, “todos estos crímenes no hacen sino confirmar que el Ejército ruso lleva a cabo una auténtica guerra contra la información”.Esta contienda informativa también se ha desencadenado con ciberataques, piratería y amenazas contra cuentas en las redes sociales de medios de comunicación con al menos 42 “ciberdelitos” en el último año. Dice RSF en su informe que “el último ciberataque que consta se dirigió contra la web de la agencia ucraniana de información Ukrinform y fue atribuido a hackers vinculados con la inteligencia militar rusa”.Un dato escalofriante aportado por esta organización tiene que ver con el número de medios ucranianos que se han visto obligados a echar el cierre por “la pérdida de suscriptores y anunciantes, falta de trabajadores porque han huido del país o han sido movilizados para combatir, necesidades financieras crecientes por el impacto de las destrucciones”.

Son 217, y lo peor es que el 15% de los profesionales están en paro técnico sin percibir ningún tipo de remuneración, según datos aportados por el Institute of Mass Information.También hay una parte muy positiva y emotiva en el informe de RSF. Un total de 750 periodistas, incluido este enviado especial, han sido dotados de equipos de protección. El 11 de marzo de 2022 se creó un Centro para la Libertad de Prensa en la localidad ucraniana de Lviv, y dos meses más tarde, en Kyiv, en colaboración con el Institute of Mass Information, Fundamenta y otras organizaciones locales, entre ellas el Sindicato Nacional de Periodistas de Ucrania.Gracias a la generosidad de medios de comunicación occidentales y donaciones individuales, 750 periodistas –en su mayoría ucranianos y de otras 36 nacionalidades diferentes–han recibido chalecos antibalas, cascos y kits de primeros auxilios para soporte vital en caso de resultar heridos.La organización defensora del derecho a la libertad de prensa también ha facilitado generadores y equipos de electricidad a 91 medios de 14 regiones de Ucrania para garantizar la continuidad de su trabajo, después de que sus infraestructuras energéticas fueran destruidas por las bombas rusas.

Además, 28 medios ucranianos independientes han recibido ayudas económicas que les permite seguir informando. Del mismo modo, 129 periodistas ucranianos, de los cuales 86 son mujeres, han recibido ayudas económicas individuales. Uno de los problemas fundamentales al inicio de un conflicto es la lógica falta de experiencia entre los periodistas locales en las coberturas de guerras.

En mis cuarenta años de experiencia en conflictos armados puedo asegurar que la mayoría de los periodistas que mueren, quedan heridos, sufren traumas o son secuestrados o encarcelados, son locales. Cubrir la guerra en tu país de origen es la peor situación que un informador puede sufrir. Es la única guerra que yo nunca cubriría (me iría lo más lejos posible si empezase un conflicto en mi país) porque sé lo que significa informar mientras sabes que tu familia y tus mejores amigos pueden morir en cualquier momento.He visto a periodistas palestinos regresar a su casa para verla en pedazos después de una intensa jornada laboral.

He visto a periodistas colombianos aterrorizados al enterarse de que al compañero que ocupaba el asiento de al lado en la redacción lo han asesinado en represalia por escribir un reportaje de investigación. RSF ha formado a 280 periodistas con cursos en materia de seguridad física, primeros auxilios y seguridad psicológica y ha impreso un millar de ejemplares de una guía sobre la cobertura de guerras que está disponible en la web en ucraniano. Un sondeo del Institute of Mass Information ha detectado que el 90% de los periodistas ucranianos “padecen síntomas clínicos de estrés”.

Biden: “Defenderé cada pulgada de suelo de la OTAN”

El presidente de EEUU, Joe Biden, prometió ayer que su Administración defenderá “literalmente cada pulgada” del territorio de la OTAN, en un contexto de creciente preocupación por la posible extensión del conflicto de Ucrania. El dirigente estadounidense, que el lunes visitó en Kyiv a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, reiteró ayer el compromiso de Washington con la zona aprovechando una reunión en Varsovia a la que asistieron los principales responsables políticos de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, República Checa y Rumanía, así como el secretario general de la Alianza del Atlántico, Jens Stoltenberg. Por otra parte, el jefe de la Casa Blanca consideró que el presidente ruso, Vladímir Putin, cometió el martes un “gran error” al anunciar la suspensión por parte del Kremlin del tratado Nuevo START, que limita los arsenales nucleares de Rusia y EEUU.

Joe Biden, ayer junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda, en Varsovia.

Joe Biden, ayer junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda, en Varsovia.EFE

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