POLÍTICA ECONÓMICA
La encrucijada de las pensiones
Escrivá ultima con Bruselas las medidas que debe incluir || Los agentes sociales rechazan el destope de las bases máximas y elevar el periodo de cálculo
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ultima los detalles técnicos para cerrar las medidas pendientes de la reforma de pensiones con Bruselas y poder culminar las negociaciones a tres bandas dentro del propio Gobierno, en el Congreso y en el diálogo social. La reforma, que busca mejorar los ingresos del sistema con medidas como el destope de las bases máximas, encara su recta final con unos plazos cada vez más ajustados y en un año marcado por la doble cita electoral.
“Antes de Semana Santa habrá un acuerdo”, aseguró esta semana en Bruselas el propio Escrivá tras reunirse con el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Sin embargo, las posturas de los diferentes sectores de la negociación están todavía muy alejadas.
Junto a la eliminación progresiva del tope por el que cotizan los salarios más elevados, ese denominado destope, la otra pata de la reforma pasa por elevar el periodo de años que se tienen en cuenta para calcular la pensión, una subida que irá acompañada de otras medidas para hacer, defiende Escrivá, el sistema más equitativo. Este planteamiento, no obstante, se ha encontrado con el rechazo de Podemos, de los sindicatos e incluso de los empresarios.
Escrivá tiene intención de mantener la ampliación del periodo de cómputo, aunque se desconoce si será de la forma planteada inicialmente –pasar progresivamente de los 25 años vigentes a 30 años, pero computando solo los 28 mejores– o con cambios para poder terminar de encajar la negociación. Este es el punto que no gusta a UGT, CCOO y Podemos.
La patronal CEOE, por su parte, ha mostrado su absoluto rechazo a la reforma si incluye el destope de las bases máximas, una medida que conlleva un aumento de los costes laborales para las empresas.
Asimismo, se ha mostrado contraria a un eventual recargo adicional para las cotizaciones de los salarios más altos, una medida que pese a no estar cerrada también se ha puesto sobre la mesa.
Además de la negociación con los agentes sociales, la reforma se enfrenta a una aritmética parlamentaria muy ajustada. Lo ocurrido con la reforma laboral, que pese a contar con el acuerdo del diálogo social se salvó de caer en el Congreso por un error del PP, ha sobrevolado en unas negociaciones de unas medidas con las que se busca garantizar la sostenibilidad y suficiencia del sistema de pensiones.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, emplazó ayer al Gobierno a alcanzar un acuerdo de pensiones con la Unión Europea que se pueda plasmar en ley y que esta norma tenga los “apoyos suficientes” en el Congreso de los Diputados antes de que los sindicatos vuelvan a la mesa de negociación.
Un cambio esencial para el desembolso de fondos de la UE
La reforma del sistema de pensiones debería haber estado lista al cierre del año pasado, ya que es uno de los hitos impuestos a España por Bruselas para el desembolso de los fondos europeos. Con todo, desde el ministerio de Seguridad Social insisten en que se trata de un calendario flexible y que su retraso no va a condicionar la entrega del dinero. Por ahora, la UE no está metiendo prisa al Gobierno para ejecutarla, ya que prefiere que esta se haga con acuerdo social, aunque ya avisó de que se impondrán duras sanciones a los países que no cumpla los hitos.