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Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.EFE

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La tecnología permite mostrar con más contundencia la violencia de los bombardeos y la destrucción total de la guerra a una escala difícil de concebir si no se ve con los propios ojos. Las imágenes de Bajmut de la agencia rusa RIA-Novosti, tomadas desde las alturas con un dron o multicóptero no tripulado guiado desde tierra, no dejan lugar a dudas sobre el infierno que se vive en una ciudad de apenas 73.000 habitantes. Sin recursos relevantes, pero situada en un nudo comunicacional por carretera y ferroviario importante para el transporte de tropas y suministros, Bajmut protagoniza desde hace meses la batalla más infernal en el este de Ucrania.

El Ejército ruso quiere conquistarla desde el verano de 2022 y no ha dejado de bombardearla desde entonces. Los soldados ucranianos resisten los nutridos bombardeos de los cañones de gran calibre escondidos entre las ruinas en que se ha convertido una gran parte de su casco urbano.La resistencia heroica en la ciudad recuerda a la que hubo en Vukovar, en el este de Croacia, rodeada y cercada por el antiguo Ejército yugoslavo y los paramilitares serbios. Los bombardeos eran tan frecuentes e intensos que solo era posible sobrevivir resguardándose en los refugios más profundos.

Hasta que cayó en manos de los sitiadores tras 87 días de resistencia que impusieron el terror entre los sobrevivientes, asesinando con total impunidad a centenares de sobrevivientes, incluidos los enfermos y heridos que eran atendidos en el hospital.En 1996, Slavko Dokmanovic, el alcalde serbio de Vukovar en aquella época, fue acusado de crímenes de guerra por el incidente y detenido por la ONU, ahorcándose antes de ser juzgado. Oficiales del Ejército yugoslavo fueron condenados y el expresidente serbio Slobodan Milosevic hubiera sido juzgado por crímenes de guerra en esta ciudad si no se hubiera muerto en 2006. Los rusos ocuparon Bajmut en 2014 y solo pudo ser liberada tras intensos combates.

El Kremlin quiere dar un golpe de timón al conflicto armado recuperando una ciudad que su artillería pesada ha convertido en ruinas. Una victoria en Bajmut permitiría a Moscú avanzar hasta Sloviansk y Kramatorsk y tomar de nuevo la iniciativa tras las pérdidas territoriales sufridas entre setiembre y noviembre del año pasado, cuando tuvieron que retirarse de una amplia de zona de las regiones de Járkov y Jersón. La ciudad tenía antes de la guerra 20 escuelas –donde estudiaban 11.600 estudiantes–, 29 jardines de infancia, 4 centros de formación profesional, 2 colegios técnicos y varias academias de música.

Hoy, muchas de ellas se han desmoronado. Los bombardeos de colegios, hospitales o contra la población civil se consideran crímenes de guerra. Los portavoces del Ejército ucraniano han informado que las unidades rusas que llevan la iniciativa en Bajmut pertenecen a la élite del Grupo Wagner, una organización paramilitar rusa, mejor preparada y entrenada que las fuerzas terrestres rusas.

Estas cuentan con soldados de reclutamiento forzoso, que han participado en conflictos como Siria, Libia y Mali.La defensa de Bajmut es tan dramática que fue descrita como “cada vez más difícil” por el propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. El mandatario anunció que “el enemigo está constantemente destruyendo todo lo que pueda usarse para proteger nuestras posiciones” y elogió a “nuestros guerreros, que son verdaderos héroes”. Las fuerzas rusas han ido estrangulando el casco urbano y controlando las carreteras para impedir el suministro de pertrechos bélicos a los defensores hasta cerrar el cerco y asaltar la ciudad.

Cada día que pasa es más difícil entrar en el casco urbano por dos carreteras que son permanentemente bombardeadas por los rusos. Sloviansk podría ser la siguiente pieza en el tablero de reconquistas rusas antes de que Ucrania reciba decenas de carros de combate de diferentes países europeos y EEUU. Ya en abril de 2014, esta ciudad fue ocupada por los separatistas prorrusos y la alcaldía de la ciudad les dio apoyo.

La recuperación de esta costó al Ejército ucraniano varios meses de intensos combates con muchas pérdidas en vidas y material de combate, incluidos helicópteros.Kramatorsk es otro elemento fundamental en el avance ruso porque tiene un aeropuerto militar que podría servir de base de avituallamiento para las tropas rusas. La ciudad, de 150.000 habitantes, también fue ocupada durante varios meses por los separatistas. Después de ser recuperada, se convirtió en la sede de la administración de toda la región bajo el Gobierno de Kyiv y en ella se encuentra el cuartel general de las tropas que luchan en la zona del Dombás.

La caída de Bajmut podría provocar una gran estampida de una amplia zona habitada por casi medio millón de habitantes. La estación de tren de Kramatorsk fue bombardeada el 14 de abril del año pasado con dos misiles rusos cuando estaba repleta de refugiados que esperaban la evacuación tras huir de los intensos combates. Esta ofensiva provocó la muerte de 59 personas y dejó 109 heridos, cuyos cuerpos acabaron en medio del equipaje abandonado de miles de personas que se pusieron a cubierto.

Zelenski urge a acelerar la adhesión de Ucrania a la UEEl presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió ayer en que las conversaciones para completar la entrada del país en la UE deben comenzar antes de que acabe 2023, advirtiendo de que la libertad de Europa se está jugando allí. “Hace un año, en el quinto día de la guerra a gran escala lanzada por Rusia, Ucrania solicitó unirse a la UE”, recordó en sus redes sociales. “Ucrania siempre ha estado en Europa y siempre estará en Europa”, añadió, antes de asegurar que “es Ucrania la que ha acercado a la UE como nunca antes”.

En el plano bélico, el dirigente ucraniano sostuvo que la situación en Bajmut es “cada vez más difícil”. Por otra parte, después de que el presidente de EEUU, Joe Biden, negara la semana pasada que vaya a enviar aviones de combate a Kyiv, el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes estadounidenses concluyó que el suministro de cazas F-16 “no ería un uso inteligente de los recursos”. “Tienes que entrenar a los mecánicos, tienes que tener aeródromos que puedan acomodar al F-16 y tienes que tener piezas de repuesto para que funcione”, recalcó el demócrata Adam Smith.

El presidente ruso, Vladímir Putin, instó al Servicio Federal de Seguridad (FSB) a reforzar el control en la frontera con Ucrania ante los “actos de sabotaje” que atribuyó a Occidente. “Necesitamos responder adecuadamente a esto”, concluyó.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.EFE

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bajmut.EFE

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