FRANCIA LABORAL
Nuevo pulso de los sindicatos galos con otra huelga por las pensiones
Sin paralizar el país, pese a movilizar a más personas que en otras convocatorias || Barajan nuevas macroprotestas contra la reforma de Emmanuel Macron
Los sindicatos franceses lograron ayer la mayor movilización en las manifestaciones desde que empezaron en enero las protestas contra la reforma de las pensiones, pero las huelgas no lograron la paralización del país con la que esperaban obligar al Gobierno de Emmanuel Macron a dar marcha atrás. Desde primera hora de la tarde, los líderes de las dos grandes centrales del país, Laurent Berger (CFDT) y Philippe Martínez (CGT), reivindicaron una movilización “histórica” en la calle, por encima de la del 31 de enero, que era el techo hasta ahora, e incluso al mayor nivel de los últimos 40 años.A falta de cifras globales que permitan decir con claridad si se superaron los entre 1,27 millones de manifestantes (según la policía) y 2,8 millones (según la CGT) de ese 31 de enero, las cifras parciales de diferentes ciudades apuntan a que sí.Las marchas se desarrollaron en términos generales con normalidad, aunque como suele ser habitual algunos grupos muy minoritarios de radicales provocaron daños materiales a su paso y protagonizaron enfrentamientos con las fuerzas del orden, en particular en París.Los porcentajes de huelguistas se quedaron por debajo de algunas de las cinco jornadas precedentes de protestas, la primera el 19 de enero, probablemente porque con la inflación y con la consiguiente pérdida de nivel adquisitivo resulta particularmente doloroso perder una jornada de sueldo por hacer paro.En la Administración estatal estuvieron en huelga cerca de una cuarta parte de la plantilla, frente al 28% el 19 de enero; y en la compañía estatal EDF fueron un 41,5% (44,5% ese mismo 19 de enero). En la enseñanza, el ministerio de Educación indicó que habían faltado a su trabajo un 32,71% de los profesores, un 35,89% en primaria y un 30,09% en secundaria.La cuestión para los sindicatos ahora es la dirección que van a dar a su protesta, es decir, si su apuesta es por tratar de continuar y amplificar las huelgas o si privilegian otras jornadas de manifestaciones, con la intención de que sean de nuevo masivas, sabiendo que la opinión pública está muy mayoritariamente en contra de la reforma.