SUCESOS INVESTIGACIÓN
Un minero alertó del peligro en Súria antes del accidente
Horas previas a la muerte de tres geólogos informó de la caída de una piedra de 20 kilos || Nadie había alertado a las víctimas
Un minero experimentado alertó horas antes del accidente mortal en la mina de Súria que acabó con la vida de tres geólogos de que el techo era inestable, puesto que había caído una piedra de 20 kilos a pocos metros de distancia. Así consta en el sumario de la causa, que avanzó El País. Este trabajador dejó la información escrita en una pizarra, pero no llegó a los tres geólogos, que en esos momentos ya estaban dentro de la mina.
La abogada de las familias de dos de las víctimas, Nereida Crespo, afirma que existen “negligencias graves”. La subdirección de Minas abrió el 12 de mayo un expediente informativo a ICL para determinar si ha habido o no negligencia y un juzgado de Manresa, una investigación para esclarecer las causas y responsabilidades del accidente. El triple accidente ocurrió el 9 de marzo y perdieron la vida tres geólogos de 28, 29 y 31 años.
Quedaron sepultados por una roca de 1,9 toneladas que se desprendió del techo de una galería en el Minador 30, a unos 800 metros de profundidad. El sumario constata que hubo errores en la comunicación y también en las medidas de seguridad. La abogada Nereida Crespo afirma que las primeras conclusiones que extraen de forma preliminar de las diligencias judiciales es que el accidente “se hubiera podido evitar si se hubieran tomado las medidas adecuadas, tanto de prevención como de comunicación”.
Relata que los tres geólogos entraron en la galería “sin tener conocimiento de la incidencia que había ocurrido en el turno anterior y desconociendo la inestabilidad de la galería y el riesgo que esto suponía”. El informe interno elaborado por la empresa concluyó que el accidente fue “imprevisible”. Aseguró que los mineros fallecidos eran personas experimentadas y que “no había ninguna señal de que la pared del techo, en el punto del desprendimiento, fuera inestable”.
Sí reconocieron un “error de comunicación”, ya que el turno de noche había avisado de una incidencia en el techo de una zona cercana, a unos 8 metros, información que no llegó a los finados geólogos.