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PANORAMA

Por qué sube la ultraderecha

Los expertos atribuyen su ascenso a la crisis del estado del bienestar y al desencanto de antiguos votantes de izquierda

Manifestación de Vox con banderas preconstitucionales.

Manifestación de Vox con banderas preconstitucionales.EUROPA PRESS

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La extrema derecha está en el centro del debate público. Los expertos atribuyen su auge a la crisis del estado del bienestar y a un sentimiento de abandono por parte de antiguos votantes de la izquierda. Vox obtuvo representación por primera vez en 2018 y continúa mejorando sus resultados gracias al voto en las clases más populares.

La extrema derecha política, económica y mediática ya ha conseguido situarse en el centro del debate público sin la necesidad de esconder su discurso.

Atrás quedan los tiempos en que se intentaba formar cordones sanitarios para impedir su influencia, que es global. Hoy en día, Vox se puede permitir colgar una enorme lona en el centro de Madrid en que –literalmente– tira a la basura al movimiento feminista o el colectivo LGTBI+. Pero esta tendencia reaccionaria no surge de la nada.

Hay múltiples causas que explican su auge, como una “cierta crisis del modelo de contrato social en que se han construido los estados democráticos” que ha provocado la aparición de “movimientos sociales explosivos de descontento”, según apunta Pere Vilanova, catedrático de Ciencia Política. “Las izquierdas no tienen ningún punto de referencia y cada vez desarrollan menos políticas de izquierdas”, valora la historiadora y profesora de la Universitat de Lleida Antonieta Jarne. “Buena parte de los votantes de extrema derecha son exvotantes de izquierda que se sienten traicionados y abandonados; en muchos casos su voto es antisistema”, añade.

“La crisis de 2008 empobreció a mucha gente y provocó una reacción: la ultraderecha ocupa ahora el espacio que antes era del comunismo”, afirma Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política. Además, asistimos a una “crisis profunda de los partidos tradicionales y a un cambio de la manera de informarse de la gente”, según Jordi Matas, otro experto politólogo. “La explosión de las redes sociales y las noticias falsas, que ahora son más sofisticadas y llegan más rápido, hacen calar determinados mensajes que convierten a la sociedad en mucho más manipulable”, añade.Matas destaca la antipolítica como una de las características que define a los partidos de ultraderecha.

“No están aislados, entre ellos se ayudan para conseguir apoyos y todos se presentan como grandes renovadores, un discurso populista que a la gente le gusta escuchar”, indica. Jarne apunta que “los define la xenofobia, la demonización de la inmigración, la negación del cambio climático y los discursos de odio contra todo lo diferente”. Aun así, “tienen una gran capacidad de adaptación, la extrema derecha sueca no tiene nada que ver con lo que fue Amanecer Dorado en Grecia”.

En el año 2000, Austria fue el primer país europeo en tener un partido de ultraderecha en el gobierno. En Francia, Jean-Marie Le Pen consiguió pasar a la segunda vuelta en las elecciones de 2002. Su hija, Marine Le Pen, le relevó en 2011 y consiguió llegar a la segunda vuelta en 2017 y 2022.

Otros países gobernados por la extrema derecha son Italia, Hungría, Polonia o Letonia. En los nórdicos, el ultraderechista Partido de los Finlandeses forma parte de la coalición de gobierno, mientras los Demócratas de Suecia son clave para la gobernabilidad de su país tras ser el segundo partido más votado en los últimos comicios. Por su parte, el continente americano no se ha quedado al margen, con Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil como sus máximos exponentes.En España, Vox encontró la puerta de entrada a las administraciones en las autonómicas de 2018 en Andalucía, cuando logró 12 diputados. Con 52 escaños se convirtió en la tercera fuerza en las generales de 2019, y tras el 28M ya gobierna en tres comunidades autónomas junto al PP. Sin embargo, todas las encuestas menos el CIS prevén que sus resultados se podrían estancar el 23J ante un ascenso del PP.

Votos a Vox en las municipales del 28M, en Lleida ciudad

El Secà (14,18%), la Mariola (12,34%) y Llívia (10,53%)fueron los barrios leridanos en que Vox obtuvo un mejor resultado en las elecciones municipales del 28M.

En toda la ciudad, el 7,56% de los votantes optaron por la formación de extrema derecha, que fue el segundo partido que más votos ganó respecto al 2019. Aunque le separa una gran distancia con el PSOE y el PP, Vox fue la tercera fuerza más votada en Magraners (7,85%). De un modo opuesto, sus peores resultados se dieron en l’Horta (3,87%), Joc de la Bola (4,24%) y Ciutat Jardí (4,91%).

Al respecto, el catedrático Ferran Requejo señala que Vox consigue el voto de las “clases acomodadas que quieren asegurar un nacionalismo fuerte para frenar a la izquierda y también de las clases más populares, frustradas y con una reacción mucho más emotiva, pero en las clases medias tiene mucha menos incidencia”. Su análisis coincide con el de la historiadora Antonieta Jarne, que añade que “su sector más nacionalista está formado por familias tradicionalmente franquistas, pero son muy pocos” y que en su éxito electoral “hay un componente muy importante de la emocionalidad, el componente ideológico es una fantasía”.“Creo que el auge de Vox no es una burbuja que explotará como pasó con Ciudadanos porque representa un espacio ideológico diferente, pero tiene el problema de ser un partido mediano y el Estado les dificulta mucho la representación parlamentaria por nuestro sistema electoral, que favorece al bipartidismo”, valora el catedrático Jordi Matas. Afirma que “Vox tiene dos públicos: uno más ideologizado, con un nivel de estudios más elevados, y otro en que predominan las clases populares de –sobre todo– los suburbios urbanos, con niveles de estudios más bajos”.

Con todo, apunta que “no hay demasiada diferencia entre su voto en zonas rurales y urbanas”. Según el catedrático Pere Vilanova, “los votantes de Vox que son fieles a su ideología están en vías de extinción y su presencia en instituciones aún es limitada, pero su voto es completamente interclasista y transversal en la edad y el nivel de renta”.

Orriols, la ultra independentista que ha logrado la alcaldía en Ripoll

Catalunya tampoco se ha quedado al margen de las corrientes de extrema derecha.

Es de actualidad el caso de Ripoll, donde Sílvia Orriols consiguió la alcaldía de la ciudad al ser la más votada el 28M y no prosperar un acuerdo entre los otros partidos para evitarlo. Su formación, Aliança Catalana, es independentista, contraria al bilingüiismo y con un fuerte discurso en contra de la inmigración. “Tiene aspectos que claramente son de extrema derecha, con su discurso contra la inmigración como punto clave.

Aun así, sin el incidente del imán de Ripoll –responsable de los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils– seguramente no estaríamos hablando de este fenómeno, que puede ser puntual. Tiene un discurso asociado a la extrema derecha, pero no es comparable al fascismo y creo que se le ha dado demasiada importancia”, señala Requejo. En cambio, Vilanova valora que “Orriols es la derecha a la derecha de Vox: es fascista, racista e ignorante” por promover un discurso en contra de la inmigración cuando “en Ripoll no hay un gran número de inmigrantes”.

Al respecto, Jarne destaca que “no tiene ningún discurso en contra del movimiento LGTBI, puede permitirse un discurso amable al respecto porque representa a la extrema derecha del siglo XXI”. Asimismo, Matas indica que su caso “todavía es muy reciente y es un fenómeno bastante reducido motivado por un conflicto determinado”.Un precedente de Orriols es el de Josep Anglada, creador en Vic de la extinta Plataforma per Catalunya, con la que fue concejal en la ciudad durante 16 años basando su acción en reclamar un mayor control de la inmigración y en la defensa de los valores tradicionales de la familia. Después del 28M, Anglada volvió a obtener representación en el ayuntamiento de Vic –tras perderla en 2015– con dos concejales y un nuevo partido, Som Identitaris.

Lona que Vox colgó en la calle Alcalá de Madrid, que tira literalmente a la basura todo lo que no comparte

Lona que Vox colgó en la calle Alcalá de Madrid, que tira literalmente a la basura todo lo que no comparteEUROPA PRESS

Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll.

Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll.EUROPA PRESS

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