Rusia ataca el puerto de Odesa un día después de parar la exportación del grano

Rusia atacó ayer el puerto ucraniano de Odesa, un día después de que Moscú no prorrogara el acuerdo para la exportación de grano ucraniano. Para el jefe de Gabinete de la Presidencia ucraniana, Andrí Yermak, el ataque ruso a Odesa “es una prueba más de que el país-terrorista (Rusia) quiere amenazar la vida de 400 millones de personas en otros países que dependen de las exportaciones de alimentos de Ucrania”. No en vano, Yermak insistió en que “el objetivo de Rusia es el hambre y el asesinato de personas.

Ellos necesitan oleadas de refugiados. Con ello quieren debilitar a Occidente”.Rusia, sin embargo, aseguró que el bombardeo nocturno no tenía como objetivo bloquear el puerto de Odesa por el que Ucrania sacaba su grano, sino castigar un astillero en el que se fabricaban los drones acuáticos que atacaron el puente de Crimea el lunes. El viceprimer ministro de Rusia, Marat Jusnullin, ha estimado en hasta 1.300 millones de rublos –más de 12,7 millones de euros– el coste de la reparación del puente de Kerch, que conecta la península Crimea con la región rusa de Krasnodar.Tras suspender Rusia la Iniciativa del Mar Negro, Moscú también canceló todas las garantías de navegación marítima y restauró las restricciones al corredor humanitario.

Asimismo, reimplantó el régimen de zona temporalmente peligrosa en las aguas del noroeste del mar Negro y suspendió su participación en el centro conjunto en Estambul que coordinaba la exportación de grano ucraniano. Las compañías aseguradoras, de hecho, ya revisan las pólizas de los barcos dispuestos a operar en Ucrania, según confirmaron fuentes del sector en Londres.En los frentes de batalla, entre tanto, la situación no sufrió ayer cambios significativos. Según Moscú, sus tropas avanzaron en un día 1,5 kilómetros en dirección de Kupiansk, un nudo logístico y de comunicaciones en la región oriental de Járkov.

La situación en el este del país “es difícil pero está bajo control”, admitió por su parte el comandante del Ejército de Tierra ucraniano, Oleksandr Sirski. Los líderes de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) condenaron ayer la “guerra en Ucrania” en la declaración final de la cumbre celebrada en Bruselas, sin el apoyo de Nicaragua. “Esta declaración ha sido respaldada por el conjunto de los países, con la excepción de uno que no ha podido acordarlo debido a un párrafo”, declaró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior a la cumbre.

La declaración llega tras negociaciones hasta el último momento por los obstáculos que pusieron Nicaragua, Venezuela y Cuba a condenar la invasión rusa de Ucrania. A la postre, el país centroamericano, el más cercano a Rusia en la región y que ha apoyado a Moscú en las votaciones de denuncia de la guerra de agresión en la Asamblea de Naciones Unidas, fue el principal escollo para cerrar un texto común por su rechazo a aceptar el vocabulario empleado por la ONU para condenar la invasión rusa.Por otra parte, ambas organizaciones reafirmaron su “determinación” a que el acuerdo de asociación que alcanzaron en 2019 pueda celebrarse antes de final de año, según subrayaron en un comunicado difundido por la Comisión Europea tras una reunión entre las partes. Subrayaron que el acuerdo de asociación será un “elemento constitutivo” de una asociación comercial y política “más sólida” a fin de “afrontar juntos los retos comunes”, y de una relación basada en el desarrollo sostenible.El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró que se abre una nueva etapa “optimista y prometedora” para la relación entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe.

La deuda global ha superado los 300 billones de dólares, con varias naciones al borde del incumplimiento de los pagos.

La guerra y la deuda complican el consenso en los miembros del G20

La tercera reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 concluyó ayer dividida en sus posiciones sobre la guerra en Ucrania, y sin consenso sobre el alivio a las economías en dificultades a través del retraso del pago de deuda. La reunión concluyó con un sumario de la Presidencia del “Grupo de los Veinte”, en manos de la India, en lugar de con un comunicado conjunto debido a la negativa de China y Rusia a condenar la violencia en Ucrania.