ELECCIONES
Una lucha de bloques
La suerte está echada. Los ciudadanos están llamados a acudir hoy a las urnas tras dos semanas de campaña que terminan casi, casi, como empezaron. Con las mentiras cruzadas, los peajes de quita y pon, las dudas en torno al voto por correo y las fotos incómodas del pasado como arietes electorales.
Estos comicios, adelantados por sorpresa por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras los malos resultados del PSOE el 28-M, obligó a todos los partidos a trabajar contrareloj en pleno periodo estival. Tras la desaparición de Ciudadanos, la política española llega a estas elecciones generales con cuatro fuerzas políticas divididas en dos bloques claramente diferenciados y con las mayorías absolutas de un solo partido prácticamente descartadas. Y pese a que todo parece indicar que solo hay dos candidatos, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que pueden ser investidos, hay otras dos candidaturas que todo hace presagiar que tendrán la llave de la Moncloa.
Sumar a la izquierda, y Vox a la derecha.Los socialistas, con Sánchez a la cabeza, partían mermados de fuerzas tras la debacle, por eso el presidente ha intentado dejarse ver y oír mucho en teles, radios y hasta podcast alternativos como La Pija y la Quinqui. Alertar de la posibilidad de un gobierno de coalición entre PP y Vox ha sido uno de los ejes de su campaña y en todo momento ha dado por hecho que si revalida el Gobierno lo hará junto a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, que aspira a ser tercera fuerza. Por eso, Sánchez ha dedicado estos 15 días a enumerar sus “buenas políticas económicas y sociales” y a elogiar la buena gestión de su Ejecutivo durante esta legislatura.
Por su parte, el PP, con Feijóo al frente, ha pedido “teñir España de azul”, animado por su victoria municipal y el viento a favor en las encuestas. Evitando riesgos, el líder popular planteó una campaña conservadora, enfocada en un único objetivo: “derrotar al sanchismo”. Por eso ha apelado al voto útil y ha querido marcar distancia con Vox, alejándose de los pactos cerrados en ayuntamientos y parlamentos.
Con todo, si Feijóo consigue la victoria electoral, seguramente necesitará de algún tipo de colaboración con el partido ultraderechista para ser investido, algo a lo que Vox se ha mostrado predispuesto. Tanto Sumar como Vox podrían ser decisivos a la hora de equilibrar la balanza a un lado o al otro, por eso, cada uno a su manera, han intentado atraer el voto hacia su bancada. Díaz, que tuvo un inicio de campaña duro por su tira y afloja con Podemos, ha apelado a los derechos, al feminismo y a las políticas sociales.
Los de Santiago Abascal, por el contrario, han pedido el voto advirtiendo del riesgo de perder la oportunidad de “desalojar” a Sánchez de Moncloa. Concluida la campaña electoral solo queda por ver cuál es el resultado que arrojan las urnas y la aritmética que deje en un Congreso en el que también jugarán un papel importante los partidos de ámbito autonómico.