Obligados a pactar o a repetir

Las urnas han hablado, pero no han decidido y tras una noche de suspense, la intriga continuará. La victoria del PP, que algunos llevaban meses celebrando por anticipado, ha sido claramente insuficiente y, aún sumando con Vox, Núñez Feijóo aún queda a siete votos de la mayoría necesaria y parece misión imposible que pueda conseguirlos con este socio. Por si acaso, anoche reivindicaba su derecho a ser investido como candidato más votado reclamando la abstención de otros grupos.

Lo mismo que Rajoy que propició el famoso “no es no “ de Sánchez en el inicio de su despegue político, que ayer marcó otro hito con una capacidad de resistencia pocas veces visto. Le daban por acabado y derrotado y consiguió dos diputados más, aumentó casi un cuatro por ciento su porcentaje de votos hasta quedar a un punto del PP y sobre todo conserva la posibilidad de volver a articular una mayoría que llegue a los 176 votos. Es muy complicado porque necesitaría el apoyo no sólo de Sumar, que igual que Vox en el otro extremo han bajado víctima del voto útil, sino también de los grupos minoritarios e independentistas.

A la vista de los posicionamientos durante la legislatura anterior y en la misma campaña, en las que el PSOE ya consiguió apoyos de los vascos, gallegos y ERC, los siete diputados de Junts, que durante la campaña aseguraban que les daba igual una presidencia de Sánchez o de Feijóo, tendrán la última palabra. También por si acaso, Sánchez en su primera comparecencia aseguró que el bloque involucionista formado por PP y Vox había sido claramente derrotado. Los dos, Sánchez y Feijóo, cerraron la noche como vencedores y aclamados como presidente, pero ninguno de los dos lo tiene fácil.

El del PP porque con la muleta de Vox no conseguirá más apoyos y el del PSOE porque no parece fácil integrar en la misma coalición al PNV y Bildu y sobre todo a ERC y Junts. Y como la posibilidad de la gran coalición, PP-PSOE, que reclaman desde el Ibex parece más imposible que nunca a la vista de la campaña que hemos padecido, la amenaza de bloqueo cobra fuerza y que se tengan que repetir las elecciones es un escenario más que posible. Dependerá de las negociaciones y sobre todo de los votos de los independentistas catalanes que en otra paradoja de la noche retroceden en diputados, pero ganan en capacidad decisoria.

Quien sale peor parada en Catalunya, donde el PSC recuperó una hegemonía que no tenía desde 2008, es ERC que vuelve a perder la mitad de votos y casi la mitad de diputados, los 13 que tenía se quedan en siete. Un resultado que vuelve a penalizar su estrategia pactista y que puede tener consecuencias en la política catalana. Donde no hubo sorpresas fue en Lleida, donde el PSC volvió a ser el más votado en casi todas las capitales y consigue dos diputados.