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PANORAMA

Aragonès pide un frente común a Junts, que quiere esperar a que Sánchez “mueva ficha”

El president hace autocrítica por el mal resultado electoral, pero pone de relieve la “oportunidad” que tienen para condicionar la investidura || Los de Puigdemont exigen que dejen de lado “el falso diálogo”

El president de la Generalitat en la sesión de control de ayer en el Parlament.

El president de la Generalitat en la sesión de control de ayer en el Parlament.ACN

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El president de la Generalitat, Pere Aragonès, y Junts se emplazaron ayer a explorar un “frente común” para poner condiciones a la investidura de Pedro Sánchez, a quien el jefe del Executiu pidió “coraje político y valentía” para “avanzar hacia la resolución del conflicto entre Catalunya y el Estado”. Durante la sesión de control al Govern, que ayer se centró en los comicios del domingo, Aragonès celebró que Catalunya “haya parado a la derecha y la extrema derecha” y, aunque admitió que los resultados del independentismo “son malos”, puso de relieve la “oportunidad” que se abre para condicionar la investidura y conseguir avances hacia una solución al conflicto. Por esto mismo emplazó a los de Carles Puigdemont a formar un frente común “con toda la exigencia mutua necesaria” para poder “acabar con la represión y abrir caminos basados en el ejercicio de la democracia”.

Ante esto el presidente deJunts en el Parlament, Albert Batet, respondió que su partido “no rehuirá esta oportunidad para desbloquear el conflicto político”, aunque esperará “a ver si al otro lado quieren abrir una negociación política”, algo que “únicamente depende de Pedro Sánchez”. Y es que pese a que los socialistas confían en el acuerdo, los juntistas aseguran que aún no han recibido ninguna oferta de su parte. Tras advertir a ERC de que “la estrategia del falso diálogo no ha funcionado”, Batet defendió una “estrategia compartida para hacer frente común independentista en Madrid”, pero dejó claro que esta debe girar en torno a la defensa del derecho de autodeterminación y la amnistía a todos los represaliados, aprovechando la “posición de fuerza” de la que disponen su formación y los republicanos en el Congreso.Todo esto, mientra desde En Comú Podem su líder en la Cámara, Jéssica Albiach, trató de poner presión e instó a ambas formaciones a no bloquear un nuevo Gobierno progresista y dar una nueva oportunidad a la derecha para gobernar.

“No nos podemos permitir regalar una segunda oportunidad a la derecha y a la extrema derecha”, alertó Albiach, que se mostró convencida de que las negociaciones “irán bien”.En otro orden de cosas, el Parlament aprobó la designación de la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín (PSC), y de la concejal de Reus Teresa Pallarès (Junts) como nuevas senadoras de designación autonómica. Las dos nuevas senadoras sustituirán a Lorena González, recién elegida alcaldesa de Balaguer, y a Assumpció Castellví, nueva alcaldesa de Vandellòs.

La CUP reclama volver a centrarse en el “conflicto político”La CUP también respondió a la llamada de unidad del president, pese a haber perdido sus dos escaños en el Congreso, reprochando la estrategia seguida hasta ahora por Esquerra que “no ha sido compartida con el resto del independentismo”.

Su portavoz, Laia Estrada, sostuvo que los catalanes dieron un toque de atención al independentismo el domingo, y reclamó a ERC volver al “conflicto” defendiendo los derechos sociales y la soberanía desde el Govern.Por su parte, Òmnium hizo un llamamiento a la unidad de acción del independentismo para exigir al Estado “el fin de la represión y un referéndum”. Así lo reclamó la entidad en un comunicado tras los “malos” resultados de los partidos independentistas el 23J, que achacó a la “incapacidad de todos los agentes de consensuar una agenda coordinada” y a que las fuerzas independentistas “hayan continuado priorizando el interés electoral” al de Catalunya.

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