Los Bomberos estabilizan el incendio de Portbou, que ha arrasado ya 573 hectáreas

Los Bomberos de la Generalitat pudieron ayer estabilizar el fuego del incendio que se declaró el viernes “por causas no naturales” en Portbou y se fueron levantando todas las limitaciones el confinamiento de Colera, Portbou y las urbanizaciones de Llançà afectadas. El inspector de Bombers Jordi Martin declaró anoche en el centro de mando instalado en Llançà que seguían trabajando con unos 15 vehículos, con unas 60-70 personas y con drones que supervisaban el perímetro para que no superara las 573 hectáreas ya quemadas. Esta mañana está previsto que se incorporen 2 medios aéreos, que “permitirán hacer una supervisión rápida y clara”, tarea a la que también habrán contribuido los drones durante la noche, según las previsiones.

Una vez estabilizado, se trabaja para que el fuego quede controlado hoy domingo “con el paso de las horas”. Horas antes, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, aseguró que se había podido avanzar bastante en la contención del incendio tras incorporarse a las tareas de extinción 9 helicópteros y 4 aviones, que se unieron a los trabajos de un centenar de dotaciones terrestres y 300 agentes, entre ellos tres voluntarios del cuerpo de bomberos de Artesa de Segre, gracias a la tregua que dio por la tarde el viento.Los Agentes Rurales investigan el origen de las llamas y ya habrían localizado dónde empezó el fuego, en la zona del pantano. Se trata de un espacio donde hay alguna edificación y los Agentes Rurales tienen claro que el fuego no empezó por causas naturales.Jordi Martin aseguró que los bomberos estaban “satisfechos del trabajo que se ha hecho”, pese a que el día empezó con una intensidad de viento de 100 kilómetros por hora y con un perímetro descontrolado que ponía la situación muy difícil.

Vecinos de Colera: “En una hora teníamos la montaña llena de fuego”Los vecinos de Colera fueron ayer recuperando la normalidad, después de pasar 24 horas pendientes del incendio que obligó a confinar a la población de la localidad. Laura Torrente explicó que en poco rato el incendio se propagó rápidamente. “En una hora teníamos la montaña llena de fuego”, señaló.

Además, se quedó sin luz y, pese a que los Bomberos le ofrecieron acudir al pabellón municipal, prefirió quedarse en casa con el resto de su familia.El caso de Anna Catalán y Manel Montero es similar. Ella reconoció que se asustó y que intentó salir a la calle para ver la situación pero era imposible. “No podías ni tomar una foto del viento que hacía”, explicó.

Y es que la tramontana ha sido el gran enemigo de los Bomberos y vecinos. El fuerte viento que soplaba hacía que las chispas de los árboles quemados llegaran a la población. Manel, por su parte, explicó que pasaron una noche “con mucha angustia”.

Los Bomberos les dijeron que no debían sufrir porque el fuego no iba a llegar a su casa. “El problema es que ves todo lo quemando ante ti y tienes la impotencia de no poder hacer nada”, lamentó.