CANARIAS CATÁSTROFE MEDIOAMBIENTAL
El fuego de Tenerife da un respiro y los frentes activos se reducen a uno
Ya es el peor incendio en lo que va de año en España tras arrasar casi 15.000 hectáreas || Un octogenario inutiliza de una pedrada un helicóptero de extinción
El incendio que desde hace una semana devasta los montes de Tenerife vivió ayer su primera noche tranquila y se empieza a ver la luz al final del túnel, con un único frente que avanza, en las escarpadas laderas de Güímar, al sur de la isla. Allí se concentraron ayer las brigadas especializadas. Las llamas han arrasado ya casi 15.000 hectáreas, convirtiéndose en el peor incendio en España en lo que va de año y el fuego más grave en Tenerife en los últimos cuarenta años.
La ralentización en el avance del incendio permitió a los bomberos trabajar sin sobresaltos el lunes por la noche. Esto permitirá valorar una desescalada para que las personas desalojadas vuelvan a sus viviendas. Por ello, la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, convocó ayer una reunión con los alcaldes de los municipios afectados, los directivos de la extinción y Endesa.
Dávila advirtió de que las llamas han afectado a las líneas de baja tensión de las zonas evacuadas, por lo que los vecinos que regresen a sus casas se pueden encontrar con cortes de luz. Por su parte, el director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo aseguró que “esto va ya llegando a su fin, en líneas de ser controlado”, si bien recalcó que la vertiente de Güímar todavía presenta cierto riesgo.Por otra parte, la Guardia Civil detuvo a un hombre de 80 años y vecino de Güímar por tirar una piedra contra un helicóptero que luchaba contra el fuego. La aeronave quedó inoperativa tras recibir la pedrada cuando reponía agua en un depósito agrícola.
Hallan 26 cuerpos calcinados por las llamas en GreciaGrecia también atraviesa momentos de emergencia a causa de los fuegos, tras declararse más de 50 nuevos focos desde el lunes. Los bomberos hallaron ayer los cuerpos carbonizados de 26 personas en el bosque de Dadia, cerca de la frontera turca. El Gobierno confirmó que 18 de los fallecidos son inmigrantes irregulares.
El fuego más virulento, en Alejandrópolis, obligó a evacuar un hospital.