Aragonès pide unidad para un referéndum pactado y Puigdemont apela al alma del 1-O

Unas 4.500 personas acudieron ayer al acto unitario en el que participaron entidades y partidos para conmemorar el sexto aniversarios del 1-O, este año marcado por las negociaciones para investir presidente a Pedro Sánchez. El expresident Carles Puigdemont, que puso el punto y final al evento, celebró que todo el independentismo haya “vuelto” al espíritu del 1-O, incluido aquellos que “se había alejado”, en referencia a ERC, y señaló que este es “un cambio que “va en la buena dirección”, aunque no sea insuficiente. En este sentido, reivindicó el ejemplo de “resiliencia” de aquel referéndum y pidió no desaprovecharlo “buscando salidas personales”. Según Puigdemont, la fórmula para lograr la independencia ya existe y considera que solo hay que decidirse a aplicarla.

Horas antes, el president Pere Aragonès celebró durante un discurso institucional, desde Fonollosa, que haya una “posición conjunta” con Junts para negociar con el Estado y recetó “firmeza” para conseguir, a través de la negociación, la autodeterminación y un referéndum cuyo resultado sea “respetado e implementado”. Este es, para él, el punto final para acabar con el conflicto catalán, y la carrera debe empezar con la amnistía. Esta estrategia fue duramente criticada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), cuya presidenta, Dolors Feliu, advirtió a Junts y ERC que la amnistía “es una trampa que solo servirá para blanquear al Estado” y para que este se evite ser “amonestado por Europa”. En cambio Feliu les instó a levantar la suspensión de la declaración unilateral de independencia (DUI) aprobada en 2017 o convocar elecciones si “no se atreven a hacerlo”. La amnistía sí que fue defendida por el presidente de Òmnium, Xavier Antich, a quien varios manifestantes abuchearon.Ayer también hubo en Barcelona una marcha convocada por los CDR y las plataformas Antirepressiva de Barcelona y de Ponent para exigir la amnistía para “todos los represaliados”.