JUSTICIA TRAGEDIA
El juez investiga por 13 homicidios imprudentes el incendio de Murcia
El ayuntamiento inspeccionó en mayo en la discoteca arrasada, que no tenía licencia
El juez espera la identificación de las víctimas tras las autopsias
El juzgado de Instrucción número 3 de Murcia ha abierto diligencias por 13 delitos de homicidio imprudente en el incendio de las discotecas Fonda Milagros y Teatre de la capital murciana el pasado domingo, en el que otras 24 personas resultaron heridas, la mayoría por intoxicación por inhalación de humo. El Tribunal Superior de Justicia de Murcia informó ayer de la apertura de las diligencias, que se mantienen secretas para el esclarecimiento de los hechos y la depuración eventuales responsabilidades penales. Según el Código Penal, los delitos de homicidio imprudente están penados con entre uno y cuatro años de prisión.
El alto tribunal murciano informó de que se está a la espera de que se completen las labores de identificación de las víctimas, una vez concluida las autopsias, con el fin de informar al juzgado sobre las causas y circunstancias de las muertes. Los 13 cadáveres fueron hallados en un espacio de solo veinte metros cuadrados de la primera planta de la discoteca Fonda Milagros. El portavoz de los bomberos de Murcia, Juan Ángel Navidad, detalló que cuatro de ellos fueron encontrados en los aseos, donde habrían intentado refugiarse de las llamas, y añadió que los edificios afectados se encuentran en muy mal estado. Por otra parte, la discoteca Teatre superó una inspección de sanidad del ayuntamiento en marzo, pese a carecer de licencia municipal y tener una orden de cese de actividad desde 2022. La anterior Corporación Municipal del consistorio alegó que tener un acta favorable por parte de Sanidad “en ningún caso supone reconocer que la empresa tiene actividad, sino que tiene intención de tenerla”.Por otra parte, una joven que se encontraba en la discoteca Teatre en la noche del incendio aseguró ayer que observó como se usaron bengalas al lado de los pinchadiscos que llegaban al techo y a los focos de la sala. La madre de una de las víctimas del Madrid Arena, el trágico suceso que se cobró la vida de cinco jóvenes la madrugada del 1 de noviembre de 2012 en Madrid, criticó que ningún inspector detectase que las discotecas no tuvieran permiso y pidió “que los responsables se pudran en el infierno”.