Sánchez y Díaz se dan un mes para pactar y escenifican diferencias

El presidente español en funciones y candidato a la investidura, Pedro Sánchez, y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, han iniciado oficialmente los contactos para intentar reeditar el gobierno de coalición y han acordado “acelerar” las negociaciones para sellar el acuerdo a lo largo de este mes. Así lo consensuaron ayer, durante la reunión que ambos mantuvieron después de que Sánchez recibiera el martes el encargo del rey. El líder socialista tendrá hasta el 27 de noviembre para lograr el apoyo de la mayoría del Congreso si quiere evitar otras elecciones.

La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, señaló que Sánchez y Díaz pactaron “acelerar los trabajos” para poder presentar un programa de gobierno este mes. No fijó la fecha de la investidura de Sánchez, que la presidenta del Congreso establecerá cuando este acabe la ronda de contactos con los partidos. De su lado, el secretario de Estado de Derechos Sociales en funciones, Nacho Álvarez, de Sumar, señaló que el presidente y la vicepresidenta en funciones hablaron sobre la amnistía que exigen ERC y Junts para investir al líder del PSOE, y reconoció que ahora hay “diferencias importantes” en materia social y laboral que alejan un pacto de coalición entre sus formaciones.El exlíder de los comuns en el Congreso y negociador de Sumar, Jaume Asens, situó la investidura de Sánchez en la primera o segunda semana de noviembre, si bien consideró “muy complicado y casi imposible” que la amnistía pueda entrar en vigor para estas fechas. También celebró que la situación “se está reconduciendo” después de la “improvisación y los nervios” de la semana pasada, en referencia a las propuestas de resolución a favor de la autodeterminación y la amnistía aprobadas en el Parlament por los partidos independentistas. Esto supone, según Asens, una “señal” que las negociaciones pueden tener “muchas turbulencias”, y llegó a admitir que vio “fantasmas de repetición electoral”. Sánchez se citará en las próximas semanas con representantes del resto de partidos, a excepción de Vox. El PSOE ha nombrado una comisión para pilotar las negociaciones con los grupos de cara a la investidura, y detalló que el líder del partido “estará en coordinación permanente” con el líder del PSC, Salvador Illa, con quien abordará las cuestiones relacionadas con Catalunya. De hecho, ambos se reunieron ayer en la sede del PSOE en Madrid.Entretanto, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, exigió a Sánchez señalar ya la fecha de su investidura, después de que a él le dieran “24 horas” para fijar la suya. También avanzó que hará “ajustes” en su partido “en cuanto haya nuevo Gobierno” y dejó en el aire si la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, seguirá siendo la portavoz del PP en el Congreso.Por otra parte, el Consell de la República, presidido por Carles Puigdemont, consultará a las bases para decidir si promueve el bloqueo de la investidura de Sánchez. La votación se hará entre los días 17 y 23 de este mes y no vincula a Junts.

Urkullu asegura que la Constitución acepta “consultas pactadas” para “sondear a la ciudadanía”

El expresidente socialista de la Junta de Extremadura e histórico dirigente del PSOE Juan Carlos Ibarra comparó ayer una eventual amnistía a los afectados por el procés con “violar a 40 millones de españoles”, a sus votos y a la Constitución. Sostuvo que “a nadie se le ocurriría amnistiar a un violador” y se preguntó “¿Cómo se puede soportar que alguien viole a 40 millones de españoles?”. “Quien viola la Constitución está violándome a mí, está violando mi voto”, añadió, antes de señalar que una amnistía serviría para que los españoles fueran “más desiguales” y constituiría una “traición” a los votantes del PSOE. Además, arremetió contra la cúpula de su partido por “allanar el camino” a Carles Puigdemont, al que acusó de “intentar humillar” a Pedro Sánchez. Otros históricos del PSOE como Felipe González y Alfonso Guerra ya habían censurado la amnistía.

Las declaraciones de Ibarra provocaron un alud de críticas. La ministra de Educación en funciones y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, le reclamó “contención”. En la misma línea se mostró la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, que dijo que Ibarra se dejó llevar por la “pasión” cuando “el diálogo es mejor consejero”. Por otra parte, el lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió que hay recorrido en la Constitución para hacer “consultas pactadas” y dijo que “no entiende que haya miedo a un ejercicio de sondear a la ciudadanía”.