Polonia y Hungría mantienen su veto al acuerdo migratorio europeo

Polonia y Hungría reafirmaron ayer su veto al pacto de la UE sobre migración y asilo, al rechazar cualquier tipo de política común en esta materia, y obligaron al resto de Estados de la Unión a omitir la cuestión migratoria en su declaración final, enmarcada en la cumbre informal de líderes europeos que se celebra en Granada. En su lugar, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó un comunicado propio en el que defiende que “la migración es un desafío europeo que requiere una respuesta europea”.

A su llegada a la cumbre, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó a la UE de “violar” y “forzar” a su país y a Polonia a aceptar el pacto de migración y asilo sin su visto bueno. Subrayó, además, que “no habrá ningún compromiso en materia de migración, ni hoy ni en los próximos años”.

Su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, censuró que la reforma de la política migratoria tal y como se está negociando únicamente servirá para fomentar la “inmigración ilegal”. Morawiecki ha confirmado su “veto” a la vez que acusó a Bruselas de abrir la puerta a la “inmigración ilegal” con el pacto sellado esta semana por los ministros del Interior.

La falta de unanimidad obligó a los Veintisiete a omitir la cuestión migratoria en la declaración final de la cumbre, que tenía como principal objetivo abordar la autonomía y la ampliación de la UE.Con todo, el rechazo de Polonia y Hungría al pacto migratorio no es vinculante y no imposibilita todavía el acuerdo. Los Estados de la Unión tendrán que negociar ahora con la Eurocámara para cerrar el paquete definitivo sobre migración antes de que acabe la legislatura europea en junio del próximo año. De hecho, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, pidió “no matar” el pacto antes de adoptarlo.

El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, restó importancia al hecho de que no se haya podido mencionar la migración en la declaración conjunta, y aseguró que esto “no empaña” la cumbre europea en Granada. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que se había mostrado muy crítica con la política migratoria de Bruselas, dijo estar “muy satisfecha” porque considera que ahora “frenar la inmigración ilegal” se ha convertido en una “prioridad”.

En todo caso, los líderes se comprometieron a definir las bases de la agenda estratégica de la UE en el próximo semestre. También subrayaron que apoyarán a Ucrania “el tiempo que sea necesario” frente la invasión rusa.

Diez cayucos con un total de 844 migrantes a bordo, todos de origen subsahariano y entre los cuales hay al menos ocho mujeres y 26 menores de edad, llegaron ayer a las Islas Canarias. A estos migrantes se suman los 1.200 que llegaron entre el miércoles y el jueves, una situación que ha desbordado la capacidad de acogida de este territorio. El presidente canario, Fernando Clavijo, censuró ayer el “silencio absoluto” del Gobierno español.

Un proceso de adhesión a la UE “basado en méritos”

Los líderes de la UE también aprovecharon para abordar la ampliación de la Unión, aunque no lograron sellar ningún acuerdo definitivo. En una declaración conjunta, los Veintisiete evocaron la necesidad de repensar el modo en que el club comunitario debe “estar preparado” para su ampliación a nuevos miembros, a la vez que señalaron que el proceso de adhesión a la UE debe estar “basado en méritos”. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que había sugerido marcar 2030 como el horizonte para ese proceso, reconoció que hay Estados reticentes a poner fecha, y abogó por “demostrar a los que quieren unirse que somos serios”.