POLÍTICA LATINOAMÉRICA
Argentina se la juega en las urnas
Debe elegir entre el histriónico líder ultra Javier Milei y el oficialista Sergio Massa, ministro que ahora promete apuntalar la economía
Campaña a cara de perro con un país polarizado
Los argentinos acuden hoy a votar en una segunda vuelta de las elecciones muy abiertas, con el oficialista Sergio Massa y el aspirante de la ultraderecha Javier Milei separados por apenas unos puntos, según los últimos sondeos, y en medio de un clima enardecido por el antagonismo de ambas opciones y las acusaciones de la oposición alertando de fraude electoral.
De acuerdo con las diez últimas encuestas recopiladas por el diario La Nación, Milei sale como vencedor en seis de ellas, por las cuatro que hablan de un triunfo de Massa. Dicho estudio también refleja una media de un 2,9 por ciento de voto en blanco y un 2,5 por ciento de indecisos.Los dos presentan perfiles muy diferentes, y los analistas mantienen cierto consenso es en el buen hacer de Massa en detrimento de Milei durante el debate de hace justo una semana, el último de los actos de una campaña en la que al igual que el cara a cara televisado ha habido más protagonismo para los reproches y las críticas entre uno y otro que para las propuestas para estos próximos cuatro años.El cierre de campaña ha estado marcado por los ataques que la coalición de Milei ha dirigido contra el sistema electoral argentino, lanzado unas infundadas sospechas sobre un fraude electoral, que recuerdan a las de algunos de sus homólogos en la región, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.Abanderado de los denominados libertarios, Milei ha centrado la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principal responsables de los males de Argentina, aunque ha rebajado el tono precisamente para lograr el respaldo de la derecha “de toda la vida”. En materia social Milei no deja espacio a la duda y ya ha dejado claro que si de él dependiera reduciría el papel del Estado hasta el punto de justificar votar en contra de una ley que detecta cardiopatías congénitas en los bebés antes de nacer porque supondría más gasto público. “Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado”, dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende dolarizar la economía y ha cuestionado la cifra oficial de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura. Entre sus polémicas destaca que ha llegado a defender a ex primera ministra británica Margaret Thatcher, por quien siempre ha sentido una gran afinidad y a quien ha llegado a calificar de “gran líder”, lo que ha provocado el rechazo, por ejemplo, de colectivos de veteranos de la guerra de las Malvinas.Por su parte, Massa ha estado lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos. Resulta complicado explicar que el titular del Palacio de Hacienda, con una inflación interanual del 142,7%, una pobreza del 40,1% y una brecha cambiaria superior al 200%, compita ‘cabeza a cabeza’ por la Casa Rosada.
Los votos de la derecha tradicional, claves hoy en las urnas
La cita de hoy está marcada por la sorpresa que supusieron los resultados de la primera vuelta electoral, en la que los vaticinios de un Javier Milei vencedor -al igual que en las primarias de agosto- saltaron por los aires cuando Sergio Massa logró sacarle casi 7 puntos. Sea quien sea quien logré mudarse a Casa Rosada, deberá lidiar con la enésima crisis financiera de un país cuya inflación se prevé vuelva a superar máximos históricos y en medio de una fuerte polarización. En esta segunda vuelta está por ver también cómo influirá la movilización por rechazo que suscitan uno y otro candidato y por quién se decantará el 23 por ciento que votó en primera ronda por Patricia Bullrich, que ahora apoya a Milei y que podría ser clave para catapultarle como vencedor.
Las comarcas de Lleida cuentan con cerca de 600 argentinos
En Argentina, el voto es obligatorio, salvo excepciones contempladas por la ley y que debe en cualquier caso justificar el elector. No acudir implica multa y, en caso de impago, la inhabilitación para realizar gestiones ante los organismos oficiales durante todo un año. La obligatoriedad del voto no se aplica, sin embargo, en el caso de los argentinos expatriados. En el caso de España, más de 110.000 ciudadanos están llamados a las urnas en estas cruciales elecciones en seis centros distintos, repartidos en función de los distintos consulados: Barcelona es el más multitudinario, con 47.000 potenciales votantes, mientras que Madrid concentra a unos 34.000. Los últimos datos oficiales del pasado año sitúan en 573 los argentinos que viven en las comarcas de Lleida.